Una ventana al cielo en el Magdalena Medio: la UdeA abre observatorio astronómico en Puerto Berrío
El primer observatorio astronómico de la Universidad de Antioquia por fuera de Medellín ya es una realidad en Puerto Berrío, donde la ciencia y la comunidad se encuentran para mirar el cielo y transformar el territorio.
Observar el universo ya no será solo un privilegio urbano, pues con la inauguración del primer observatorio astronómico de la Universidad de Antioquia fuera de Medellín, el Campus Puerto Berrío se convierte en epicentro de formación científica, apropiación del conocimiento y transformación territorial en el Magdalena Medio.
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Este nuevo espacio, entregado oficialmente el 22 de agosto de 2025, forma parte de la segunda etapa de ampliación de infraestructura del campus, una sede universitaria que desde 1997 ha buscado democratizar el acceso a la educación superior en una de las subregiones más relegadas de Antioquia. Allí, la tasa de escolaridad en pregrado alcanza apenas el 22,6 %, frente al 56,4 % del resto del departamento, según el estudio de Caracterización y perfil del sector educativo Antioquia 2020-2023, de la Secretaría de Educación Departamental.
El proyecto incluyó también la construcción de un bloque con tres aulas para 40 estudiantes cada una y una placa polideportiva cubierta de 647 metros cuadrados, con graderías, camerinos y baños públicos. En total se intervinieron 1.026 metros cuadrados y se invirtieron 6.100 millones de pesos, cofinanciados entre la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Puerto Berrío, el Sistema General de Regalías y recursos propios de la Universidad. La ejecución priorizó la contratación de personal local, generando 82 empleos directos y dejando capacidad instalada en la comunidad.
A diferencia de otras construcciones del campus, el observatorio se eleva como un símbolo: visible, inspirador y con vocación de encuentro. Su instalación se hizo posible gracias a la donación de un telescopio por parte de la Alcaldía, en diálogo con una iniciativa previa de profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, quienes desde hacía varios años soñaban con que alguno de los campus regionales de la Universidad tuviera su propio centro de observación astronómica.
El resultado no solo es un avance en infraestructura, sino la consolidación de un proceso educativo y cultural que lleva más de dos décadas en marcha. El Club de Astronomía Eridanus, activo en Puerto Berrío desde 2003 y formalizado en 2016 como una estrategia de promoción bibliotecaria, ha sido un semillero para niños, jóvenes y adultos interesados en el cielo. Actualmente lo integran 35 personas, entre profesores, estudiantes de colegios y habitantes de la zona, y se ha convertido en una escuela ciudadana donde la astronomía se cruza con la literatura, la mitología y la ciencia.
Según Pablo Cuartas Restrepo, profesor del Instituto de Física de la Universidad, el impacto del observatorio radica en que “tiene gran importancia para la Universidad y la región, ya que permite tener un espacio de divulgación y apropiación del conocimiento, docencia para diferentes áreas del saber, no solo para la astronomía”, explicó. A mediano plazo, se espera la instalación de una estación meteorológica y la robotización tanto del telescopio como de la cúpula, lo que permitiría acceder a las observaciones de forma remota desde cualquier lugar del mundo.
Pedro José Cataño, bibliotecólogo del campus y coordinador del Club Eridanus, señala que desde el anuncio del observatorio ha recibido múltiples solicitudes de visitas, incluso desde municipios cercanos como Remedios. “La idea es que cada programación incluya un taller, que ofrezca una experiencia interactiva y sea un espacio de aprendizaje”, dijo. Gracias a la trayectoria del Club, el campus participa en la convocatoria nacional Colombia: Destino Astroturístico, promovida por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que seleccionará los diez mejores lugares del país para hacer observación astronómica.
Con ocho programas académicos activos y 416 estudiantes matriculados, el Campus Puerto Berrío sigue consolidándose como un centro de conocimiento en una región donde estudiar aún es un reto.