Tecnología

¿En qué se diferencian (y parecen) WhatsApp, Telegram y Signal?

Permiten la comunicación inmediata. Conozca qué hay detrás de cada una, su evolución y cómo funcionan.

Periodista. Hago preguntas para entender la realidad. Curioso, muy curioso. Creo en el poder de las historias para intentar comprender la vida.

02 de julio de 2021

En febrero del año pasado, la aplicación WhatsApp tenía más de 2.000 millones de usuarios en el mundo y, según la firma de investigación Apptopia, fue la segunda app más descargada en 2020 (600 millones de descargas), después de Tik Tok con 850 millones de instalaciones.

Desde el momento en que anunció la actualización de sus términos y condiciones (a principio de este año), se ha visto una migración de usuarios a otras aplicaciones. Entre el 6 y 10 de enero de 2021, Signal registró 7,5 millones de descargas y Telegram 5,6 millones en esos mismos cinco días.

Para Cecilia Pastorino, especialista en seguridad en Eset, las tres plataformas tienen una característica similar: poder comunicarse. La diferencia son las políticas de cada empresa que está detrás de cada aplicación y la forma en que los usuarios las pueden utilizar para llegar a sus contactos.

“Cuentan con el cifrado de extremo a extremo, es decir, los chats son confidenciales, se cifran en el teléfono de origen y se descifran en el dispositivo de destino, lo que hace que ni la empresa ni nadie que intercepte la comunicación pueda leer esos mensajes”, dice.

Otra característica que resalta: Telegram, a diferencia de WhatsApp y Signal, funciona con un sistema en la nube donde son guardados los mensajes.

José Jaime Gómez Córdoba, analista de redes de mi.com.co (registrador oficial de dominios y email corporativo para Colombia), indica que esta cualidad hace que Telegram sea “muy diversificada”, es decir, si está escribiendo en el celular y se le apagó, puede ingresar desde el computador a la cuenta y continuar con el texto porque los borradores se guardan automáticamente.

“También funciona como red social, porque en la foto de perfil tiene la posibilidad de crear una especie de álbum de acuerdo a los gustos”. Además, tiene la función de canales (sin límites de participantes) y chats grupales para máximo 200.000 miembros.

“No son como los grupos de WhatsApp porque solo los miembros pueden leer lo que el administrador proporciona, en esto se asemeja a una red social; de hecho, hay marcas que utilizan la herramienta para difundir su información, pues los pertenecientes son como una especie de suscriptores”.

Y agrega que, aparte de su función de mensajería, Telegram es un medio porque en ella se pueden hacer notas y bots (aplicaciones de terceros que se ejecutan dentro de la app) para diferentes actividades como jugar, navegar en Internet o ver videos en YouTube sin salirse de la aplicación.

En el caso de WhatsApp, cuenta Pastorino, desde que fue comprada por Facebook, en 2014, creció en funcionalidades: se agregaron los chats grupales, las videollamadas, el sistema de cifrado extremo a extremo, entre otras.

Por su parte, Signal cuenta con “código abierto y sus protocolos están publicados en un repositorio al que cualquiera puede acceder y armar su propio servidor”. Es decir, si es el dueño de una empresa quiere que todos sus empleados utilicen esta app, puede crear un servidor de Signal y utilizarlo como comunicación interna de la compañía.

¿Quién hay detrás?

WhatsApp es la app más utilizada y pertenece a uno de los conglomerados empresariales de Internet (Facebook). Al ser la más conocida en el mercado es la que tiene mayor presencia de marca.

“Siempre está en constante actualización, es decir, adquiere las atribuciones de la competencia y las incluye dentro de su plataforma, una costumbre de las marcas de Mark Zuckerberg (en Instagram, por ejemplo, los Reel fueron inspirados en Tik Tok y las historias en Snapchat)”, indica Gómez

Por su parte, Telegram, su eterno rival, es una organización autofinanciada y sin fines de lucro, fundada por los hermanos Nikolái y Pável Dúrov. Su sede actual está en Dubai.

“Es gratuita, pero han manifestado la necesidad de recaudar dinero para solventar los gastos de infraestructura, aseguran que no lo harán a través de la publicidad, sino por medio de la venta de funcionalidades premium para usuarios pagos”, dice la experta. Entonces con el tiempo si, por ejemplo, quiere tener una cuenta para su empresa, una cuota de mensajes en la nube o tener reportes de la aplicación deberá pagar.

Por el lado de Signal, su relevancia inició en 2015, luego de que Edward Snowden elogiara su privacidad y seguridad en una conferencia. Hoy cuenta con más de 10 millones de usuarios y un crecimiento exponencial gracias a las recomendaciones de varios expertos y figuras como Elon Musk.

Protección de datos

Las tres apps explican, dentro de sus términos y condiciones, cuáles datos obtiene cada aplicación (ver tabla).

“WhatsApp recopila metadatos: número de la persona y sus contactos, nombre y foto de perfil, correo electrónico, listas de difusión a las que se está asociado, ubicación aproximada a través de la dirección IP, ubicación GPS, información sobre el dispositivo (sistema operativo, idioma, zona horaria) y actividad (cuándo y cómo utiliza la app)”, explica Pastorino.

Y hay más. Según la última actualización de términos y condiciones de WhatsApp, los datos de los usuarios pueden llegar a ser utilizados para el envío de publicidad (no le leerán los mensajes) y saber, por ejemplo, con quién se habla, a qué hora o cuánto tiempo.

Ante esto, la experta señala que en el caso de que una persona hable durante una hora con un número registrado como WhatsApp Business (pertenece a una empresa), por ejemplo una marca de zapatos, la compañía sabrá y va a inferir que le gusta este tipo de artículos, entonces en las próximas publicidades que le mostrará en Instagram y Facebook estarán relacionadas con zapatos.

Por el lado de Signal, tiene una función que se llama Contact discovery e implementa métodos de cifrado y filtros que permiten, sin tener acceso a la lista de contactos, saber cuáles están en esta plataforma. “La información que se carga en Signal (foto de perfil, nombre y usuario) también va cifrada, entonces ni siquiera el servidor puede saberlo”.

Gómez agrega que esta compañía está enfocada en la seguridad del usuario porque “está en contra de las bases de datos públicas y por eso incluye herramientas para que la privacidad no sea vulnerada”. Aparte de cifrar los mensajes (solo lo leen los dos que los envían), permite configurar los mensajes para que se destruyan automáticamente.

“Un atributo de Telegram es que no se necesita compartir el número telefónico para entrar en contacto, se puede hacer a través del nombre de usuario, que al buscarlo en la plataforma le permite entablar la conversación sin compartir datos sensibles”, indica Gómez. También tiene bloqueada la opción de captura de pantalla.

Otra ventaja que destaca Pastorino de Telegram es que cualquiera puede ingresar a su sitio web y ver la implementación de la aplicación y sus protocolos de seguridad, lo cual “hace que la comunidad pueda verificar que realmente el código del cifrado de extremo a extremo funciona, distinto a WhatsApp donde nadie puede acceder a esa información”.

Finalmente, las tres apps piden acceso a los contactos, cámara de fotos, GPS, micrófono y a las funcionalidades del teléfono como la conexión de red. “Todas las aplicaciones tienen ventajas y desventajas, no hay una mejor que otra, lo que sí hay que hacer es elegirlas sabiendo qué es lo que ocurre detrás”, dice la especialista en seguridad.

En general, cada plataforma tiene sus características y funcionalidades de comunicación, pero lo más importante, según los expertos, es utilizarlas de manera consciente: saber cuándo y cómo se están cediendo los datos y la información personal a las grandes compañías.