Cómo ve su rostro un caballo
Una investigación sugiere que lee las emociones en los rostros humanos, pero otro grupo duda de esta conclusión. Hay controversia.
¿Pueden los caballos leer las emociones en el rostro de los humanos? Eso sugiere una investigación con 28 de estos equinos en los que los autores encabezados por Amy Smith dedujeron un aumento en la frecuencia cardíaca cuando observaban imágenes de una persona iracunda.
Cuando veían un rostro furioso, los caballos miraban más con el ojo izquierdo, una conducta asociada con la percepción de un estímulo negativo. Y aparte del aumento de latidos, exhibían un comportamiento relacionado con una situación estresante.
El efecto de las expresiones faciales en la frecuencia cardíaca no se había visto antes en interacciones entre animales y personas. Esta semana otro investigador, Rim Schmoll, biólogo evolutivo de la U. Bielefeld en Alemania, presentó en la misma revista, Biology letters, sus dudas al respecto indicando que los datos disponibles entregados por los autores no permiten deducir la capacidad que atribuyen a los caballos.
Smith junto a coautores Leanne Proops, Kate Grounds, Jennifer Wathan y Karen McComb replicó reafirmando los hallazgos: “Nuestro artículo demuestra un incremento rápido en la frecuencia cardíaca cuando se les presentó un estímulo fotográfico reflejando ira versus rostros humanos contentos”.
Y prosiguen: “También usamos la mirada lateral analizando cada estímulo como medio para investigar cómo la imagen es percibida y encontramos una predisposición a la mirada izquierda al estímulo de ira pero no una respuesta lateralizada a la alegría o una diferencia significativa entre las respuestas a la ira y la alegría”.
En dos experimentos a cada animal se le mostraron dos fotografías, una de un rostro feliz y otra de uno airado, mientras se medían sus respuestas fisiológica y comportamental.
Se esperaba que el estímulo negativo induciría una conducta de evasión y una preferencia por la mirada izquierda, mientras que el positivo conduciría a un acercamiento y una preferencia por mirar con el lado derecho o ninguna en especial.
Se esperaba además que la frecuencia cardíaca fuera más alta, se incrementara más rápido y necesitara un periodo de recuperación más largo ante el estímulo negativo.
Hallazgos
“Lo que es realmente interesante de esta investigación es que revela que los caballos tienen la capacidad de leer emociones a través de la barrera entre especies. Durante mucho tiempo hemos sabido que ellos son una especie socialmente sofisticada, pero esta es la primera vez que hemos visto que pueden distinguir entre expresiones humanas faciales positiva y negativa”.
Para ella, la reacción a la expresión negativa fue muy clara, hubo un incremento en los latidos y los caballos movían su cabeza hacia el lado izquierdo para mirar los rostros con ira.
Muchas especies ven los eventos negativos con su ojo izquierdo debido a la especialización del hemisferio derecho en el procesamiento de estímulos amenazantes. La información del ojo izquierdo es procesada en este hemisferio.
¿Y por qué mostrar mayor reacción ante una expresión negativa que frente a la positiva? Para Smith puede ser porque para los animales es muy importante reconocer las amenazas en su ambiente. En ese contexto, reconocer los rostros iracundos puede ser un sistema de alerta para anticipar por ejemplo una conducta humana negativa como un trato rudo.
Esa tendencia a leer con el ojo izquierdo emociones humanas negativas ha sido documentada en perros.
McComb afirma que hay varias explicaciones posibles a sus hallazgos. “Los caballos pueden hacer adaptado una capacidad ancestral para leer señales emocionales de otros caballos para responder de manera adecuada a las expresiones humanas durante su coevolución. También algunos individuos pueden haber aprendido a interpretar emociones humanas durante su propia vida”.
Además, la lectura de emociones puede cruzar la barrera entre especies a pesar de las diferencias tan grandes en la morfología de los rostros de los humanos y estos equinos.
Para los investigadores, estos animales son un modelo ideal para investigación sobre la comunicación de las emociones pues producen expresiones faciales complejas y las perciben en conespecíficos (animales de la mismsa especie) así como ser sensibles a ciertas señas humanas, incluidas las faciales. Y las medidas de lateralización son apropiadas en ellos dada la ubicación de sus ojos. Schmoll expone que hubo preferencia al evaluar los resultados hacia aquellos que parecían más estresados al ver los rostros iracundos y considera que según la información no hay evidencia de un efecto fisiológico palpable como el aumento de la frecuencia cardiaca.