El cerebro y no el currículo debe ser el eje de la escuela
Apuesta por la Teoría Tricerebral del experto brasileño Waldemar de Gregori como eje educativo.
Es claro: tratamos de poner en el centro de las preocupaciones escolares el currículo y no el cerebro.
Hoy, prosigue, se memoriza. Ese no es el problema, es cómo usar los tres cerebros.
El sociólogo brasileño Waldemar De Gregori, quien planteó la Teoría Tricerebral, estuvo en la ciudad en el Seminario Internacional Pedagogías de Vanguardia desde la Educación Tricerebral, que se cumplió en el Colegio Palermo de San José.
“Si la escuela del mañana debe ser más humana, abierta, divertida, viva, participativa, y más transformadora, ¿cómo organizarnos desde la inteligencia colectiva?”, fue la invitación de la rectora, Hermana Adela María Duque.
La teoría dice que el cerebro tiene tres lados: derecho, central e izquierdo. Cada parte tiene características diferentes y la combinación de las tres hacen de cada individuo un ser diferente. El derecho contiene funciones creativas, ludomistéticas y sensibles; el izquierdo es más epistemológico, investigativo, clasificador y comunicativo; y el central, conduce la administración, planeación, profesionalización, sobrevivencia y reproducción.
Se llama tricerebral al juntarlo todo. “Esta teoría es un adelanto para transformar (los estudiantes) en buenos ciudadanos, más colaborativos, más pacíficos, diferentes a lo de ahora. El sistema nos vuelve agresivos, estamos botando el paraíso. Hay que volver a la paz”, dijo De Gregori.
El sistema educativo actual solo desarrolla el cerebro izquierdo. No se usa el derecho: el amor, la paz, y para el central no hay escuela, es el de las finanzas, que, afirmó, solo se ve en la universidad y ya es difícil en esa edad. El currículo es más del lado izquierdo.
El pedagogo dijo que al ingresar se mide el cerebro del niño con un test y se mira la proporcionalidad, “qué programación trae y si está balanceado; luego se motiva, se estimulan los tres cerebros para que sean proporcionales”, porque no importa cuál domina sino que haya una proporcionalidad, y citó ejemplos:
En Mozart primaba el derecho, en Einstein el izquierdo y poco desarrollaron los otros.
“Los proporcionales construyen sociedad buena”.
Es que el mundo tiene tres lados y se debe saber que “para existir yo necesito el tú y el él, con tres comenzamos a convivir, el uno es egoísmo, prefiere competir, no colaborar”. Es el respeto por la diferencia, porque “si me limito a una regla de uno, soy el único, de ahí tantos problemas”.
El mundo es de tres lados, enfatizó. Y los tres son indispensables.
El profesor De Gregori reveló que los niños aprenden más con esto, saben qué están aprendiendo, son conscientes del aprendizaje y negocian mejor: ven que así rinde más para todos. Siempre negocian los tres lados de todo”.
Así, se percibe el cambio en un niño: ve la diferencia, la acepta, “los tres juntos somos más”. Es el juego de la vida y hay que dejar de ser juguetes para ser jugadores.
El unilaterismo es veneno para la sociedad y se nota en los líderes mundiales, que parecen psicópatas, poco se preocupan por el planeta, por la paz.
La escuela comienza a aprender esto, pero “el sistema educativo cambia demasiado paulatinamente, debería ser más rápido porque estamos matando el planeta, se está destrozando”.
Lo primero en la escuela, entonces, es desarrollar el cerebro, el currículo es un complemento.
“El cerebro debe estar en el centro de la escuela”, precisó.