¡Levántate y anda! Tres personas vuelven a caminar gracias a la neurociencia
No podían caminar, nunca lo habían hecho o un accidente o una enfermedad los había dejado inmóviles de la cintura para abajo. El caso es que, para moverse, dependían de una silla de ruedas. Y ni terapias ni cirugías habían podido ayudar.
Esta semana, sin embargo, se conoció un trabajo que, por años, ha investigado cómo lograr que las personas con la médula espinal dañada vuelvan a andar.
Un sistema desarrollado por neurocientíficos suizos ha permitido a tres hombres con una lesión medular completa ponerse en pie y dar sus primeros pasos a las pocas horas de ser intervenidos. Tras algunos meses de entrenamiento, incluso son capaces de nadar, montar en bici o hacer piragüismo.
Se trató de un trabajo del neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del Centro Hospitalario Universitario de Vaud de la EPFL, que desde 2012 ya hacía avances con ratas y en 2016 con monos, hasta que en 2018 recibió los pacientes humanos.
En ese entonces, y después de unos meses de entrenamiento con arneses inteligentes, lograron controlar los músculos de las piernas y dieron pasos por sí mismos sin necesidad de estimulación eléctrica.
Los resultados de aquel trabajo se publicaron en dos estudios en Nature y en Nature Neuroscience.
Tres años después, un nuevo trabajo liderado por estos dos expertos y publicado en Nature Medicine ha introducido diversas mejoras en el sistema de electroestimulación de la médula dañada, que se han traducido en una mayor movilidad de los pacientes en un corto periodo de tiempo, señalan los autores.
¿Cómo funciona esta vez?
Entre estas mejoras, Jocelyne Bloch cuenta a SINC que “la matriz de electrodos implantada es más larga y ancha en esta versión, lo cual permite acceder a un mayor número de raíces nerviosas de las piernas y el tronco”.
Estos implantes, explica Bloch, estimulan la región de la médula espinal que activa los músculos del tronco y las piernas. Gracias a esta tecnología, tres pacientes con lesión medular han podido caminar fuera del laboratorio.
“Nuestros algoritmos de estimulación se basan en la imitación de la naturaleza”, dice por su parte Courtine. “Y los nuevos cables blandos implantados están diseñados para colocarse debajo de las vértebras, directamente en la médula espinal. Pueden modular las neuronas que regulan grupos musculares específicos”.
Además, “controlando estos implantes podemos activar la médula espinal como lo haría el cerebro de forma natural para que el paciente se ponga de pie, camine, nade, monte en bicicleta o haga piragüismo, por ejemplo”, destaca.
El relato de volver a caminar
El pasado mes de diciembre, en un día frío y nevado, Michel Roccati —un italiano que quedó paralizado tras un accidente de moto cuatro años atrás— se enfrentó al viento helado para probar el sistema al aire libre, en el centro de Lausana, relatan los autores.
Hacía poco tiempo que se había sometido a la intervención quirúrgica en la que Bloch le había colocado el nuevo cable implantado en la médula espinal.
El equipo de Courtine y del centro de investigación NeuroRestore de Bloch estaban con él, ayudando a preparar la demostración. Conectaron dos pequeños mandos a distancia al andador de Roccati y de forma inalámbrica a una tableta que reenviaba las señales a un marcapasos colocado en su abdomen. Este marcapasos, a su vez, transmitía las señales al cable espinal implantado que estimula neuronas específicas, haciendo que el paciente se moviera.
Cuando estuvo listo, cogió el andador y se puso en marcha. Pulsó el botón del lado derecho del andador con la intención de dar un paso adelante con la pierna izquierda. Su pie izquierdo se elevó y cayó al suelo unos centímetros más adelante. A continuación, hizo lo mismo con el botón del lado izquierdo y su pie derecho avanzó. ¡Estaba caminando!
“Los primeros pasos fueron increíbles, ¡un sueño hecho realidad!”, dice Rocatti. “He realizado un entrenamiento muy intenso en los últimos meses, y me he marcado una serie de objetivos. Por ejemplo, ahora puedo subir y bajar escaleras, y espero poder caminar un kilómetro para esta primavera”, señala el italiano.
Otros dos pacientes también han probado con éxito el nuevo sistema, descrito en Nature Medicine. “Nuestro avance en este caso son los cables implantados, más largos y anchos, con electrodos dispuestos de forma que se correspondan exactamente con las raíces de los nervios espinales”, insiste Bloch. “Eso nos da un control preciso sobre las neuronas que regulan músculos específicos”.
En última instancia, permite una mayor selección y precisión en el control de las secuencias motoras de una actividad determinada, agrega la neurocirujana.
Volver a aprender a caminar tomó solo horas
Los investigadores señalan que, obviamente, es necesario un amplio programa de entrenamiento para que los pacientes se sientan cómodos utilizando el dispositivo. Pero el ritmo y el alcance de la rehabilitación son sorprendentes: “Los tres pacientes fueron capaces de ponerse de pie, caminar, pedalear, nadar y controlar los movimientos del torso solo un día después de que se activaran sus implantes”, dice Courtine.
“Esto es posible gracias a los programas de estimulación específicos que diseñamos para cada tipo de actividad. Los pacientes pueden seleccionar la actividad deseada en la tableta, y los protocolos correspondientes se transmiten al marcapasos del abdomen”.
Si bien los progresos que se pueden conseguir en un solo día son sorprendentes, los avances conseguidos al cabo de varios meses son aún más impresionantes. Los tres pacientes siguieron un régimen de entrenamiento basado en los programas de estimulación y fueron capaces de recuperar masa muscular, moverse con más independencia y participar en actividades sociales como tomar una copa de pie en un bar.
Además, como la tecnología es miniaturizada, los pacientes pueden realizar sus ejercicios de entrenamiento al aire libre y no solo dentro de un laboratorio.