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Una vereda de Rionegro produce 2.000 muñecos para quemar el año viejo

La quema del “muñeco de año viejo” es una de las tradiciones del fin de año. En una vereda de Rionegro, numerosas familias se dedican a su fabricación.

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Periodista, Magíster en Estudios Literarios.

29 de diciembre de 2025

John James Gallego Aguirre es uno de los fabricantes de muñecos de año viejo en Rionegro. Foto: Manuel Saldarriaga.

En la vereda La Playa, de Rionegro, la elaboración de muñecos de año viejo es una práctica extendida. Cada temporada decembrina, de este sector rural salen entre mil y dos mil figuras, que luego son vendidas a viajeros y habitantes de la región.

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John James Gallego Aguirre, de 37 años, es uno de los artesanos de esta tradición. Asegura que empezó a hacer muñecos cuando tenía nueve años, siguiendo el oficio de su padre. “Mi papá fue uno de los primeros que comenzó a sacar esta tradición aquí en la vereda La Playa”, explica. Desde entonces, no ha dejado de fabricarlos y hoy considera que se trata de un trabajo que debe mantenerse.

Gallego produce cada año entre 70 y 100 muñecos, un proceso que inicia a comienzos de noviembre. Cada figura requiere entre dos y tres horas de trabajo, además de la recolección de materiales, entre ellos hierba, palos, ropa y adornos. Los precios varían según el tamaño y el personaje: “Tengo entre 70, 80, 100, 180”, dice, y añade que algunos han sido vendidos incluso entre 200.000 y 300.000 pesos.

La venta se realiza principalmente en la glorieta del aeropuerto José María Córdova, donde se instala desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde.

Para Gallego, la tradición no ha perdido vigencia; por el contrario, considera que el interés ha crecido. “La gente llega y dice: ‘queremos quemar este año lo malo que nos pasó, lo bueno que tuvimos’. Con eso despiden el año”, explica.

Los personajes que representan los muñecos cambian según el contexto nacional. Gallego asegura que las figuras políticas son las más solicitadas. “El año pasado el que más se vendió fue Petro y este año... todos buscan a Petro”, señala, y precisa que actualmente tiene listas cien caras del Presidente para montar en los muñecos. Aclara que no lo hace por motivos políticos, sino por responder a la demanda. “Yo lo hago por tradición y por darle gusto a la gente”, dice.

Uno de los llamados de Gallego es a no usar pólvora durante la quema. “Siempre digo, cero a la pólvora”, afirma, e invita a que la celebración se haga sin explosivos. En su familia, el oficio se transmite de generación en generación. Son nueve hermanos y todos elaboran muñecos, combinando esta actividad con otros trabajos durante el año. Gallego es maestro de construcción.

Otro de los artesanos de la vereda es Libardo Antonio Muñoz , de 53 años, quien lleva cerca de cuatro décadas en este oficio. Empezó cuando tenía unos 13 años, aprendiendo de sus abuelos, padres y hermanos mayores. Según explica, los muñecos no han cambiado de manera sustancial con el tiempo. “Están llenos con lo mismo, con ropita igual”, señala, aunque destaca que antes se usaba pólvora y ahora no.

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Muñoz elabora alrededor de 60 muñecos por temporada, con precios que oscilan entre 40.000 y 70.000 pesos. El proceso de fabricación comienza dos o tres meses antes de diciembre y cada figura tarda cerca de tres horas. Cuenta con ayuda de su familia: sus hijas, de 18 y 20 años, participan pintando, colocando el pelo, los ojos y otros detalles. Durante el resto del año, trabaja en oficios varios.

Muñoz confirma que los personajes más buscados son figuras públicas y políticas. “El presidente Petro, la gente va a buscarlo”, afirma. Los compradores provienen tanto de Rionegro como de otras localidades. “Gente de Medellín, de El Carmen, de Marinilla, de El Peñol”, enumera.

Para Muñoz, quemar el año viejo tiene un sentido simbólico claro. “Es quemar todo lo viejo que se ha olvidado en el año, para olvidar todo lo que ha pasado”, explica.