Conozca al ortopedista paisa que ve en los huesos una obra de arte
Así es como el médico paisa Iván Arroyave convierte lo que ve en el quirófano en ilustraciones.
Periodista de la Universidad de Antioquia. He trabajado como fact-checker en La Silla Vacía y ahora hago parte de la sección de Tendencias de El Colombiano.
Si uno busca el nombre de Iván Fernando Arroyave en Google se da cuenta que, como él mismo afirma entre risas, es “muy médico”: encontrara que es especialista en pie y tobillo, que trabaja en el Hospital Pablo Tobón Uribe y que es docente en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB). Pero a estos resultados les hace falta una pieza clave: además de ortopedista, también es artista.
Arroyave combina sus dos pasiones, la ilustración y la medicina, llevando al papel aquellos que han sido los protagonistas de su profesión: los huesos. Tibias, peronés, falanges y metatarsos son los “personajes” que aparecen en sus obras, los cuales, contrario a la realidad, tienen colores fuertes y brillantes como el naranja, el amarillo, el azul y el verde.
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El médico cuenta que toda la vida ha pintado y que inclusive cuando solía asistir a conferencias lo que hacía era tomar nota pero haciendo dibujos. Sin embargo, la idea de plasmar las partes del cuerpo que se encontraba en el quirófano llegó hace algunos años cuando se dirigía hacia el hospital y durante el trayecto vio un grafiti que parecía tener forma de hueso. Si bien no está seguro de la figura que observó en ese momento, lo que sí comparte con certeza es que desde entonces comenzó a dibujar las radiografías de sus pacientes. “Lo que yo quería era ilustrar los métodos de cirugía de una manera bonita, que esta imagen no causara una reacción de temor en las personas”, explica el doctor Arroyave.
En 2023, el ortopedista decidió llevar algunas de sus ilustraciones a un congreso médico en Cartagena, donde especialistas de diferentes países pudieron conocer su otro talento. Ahí nació Oseográfico, el nombre que ahora lleva su proyecto, donde además de cuadros, hay camisetas, tasas, termos y buzos estampados con sus ilustraciones, que también han sido utilizadas en artículos académicos. En ese sentido, para algunos, sus obras son el recordatorio de aquella lesión que les cambio la vida y para otros es una forma de mostrar estudios y avances en el campo de la medicina.
“Una cirugía es como ponerme a pintar. Para corregir un pie, debo hacer una incisión muy pulida y trato los tejidos como si fueran una obra en la que hay que cuidar cada detalle. Soy pulido, soy muy estético”, explica el doctor sobre aquella no tan evidente relación entre sus dos pasiones que, en su caso, nunca viven en cuartos separados.
Al igual que cada parte del cuerpo, los colores en sus obras también tienen una razón de ser. El doctor dice que siente una fascinación por ellos y que lo que busca en sus ilustraciones es crear una atmósfera completa. Por ejemplo, con los cálidos destaca alguna estructura que está causando problemas. Una obra puede tomarle hasta más de 27 de horas y estar compuesta por casi 6.000 trazos, y estas nacen en sus tiempos libres, en las noches después de un día de consultas o en los fines de semana por fuera del quirófano.
“Como te digo, yo soy muy médico y me gusta muchísimo lo que hago [...] Pero en lo que realmente quisiera destacarme en la vida es en la ilustración”, afirma Arroyave sentado en la silla de su consultorio, rodeado de algunas de sus obras favoritas.
En el futuro, además de continuar ilustrando, el doctor quisiera llevar esto a las aulas de clase de las facultades de medicina del país, ya que la ilustración médica en Colombia no es uno de los fuertes de los programas. La idea es que estas obras puedan servir como métodos de difusión de científica y que también ayuden a educar a los profesionales del mañana.