¡Adiós a los teléfonos públicos! Nueva York retira su última cabina
Es la imagen del día: la última cabina de teléfonos públicos pagos que quedaba en la ciudad estadounidense es, ahora, el final de una era.
En la mañana de este martes 24 de mayo, en Manhattan, Nueva York, retiraron la que era la última cabina de teléfonos de toda la ciudad.
Aún tenía visible en el teléfono el logo de Bell System (una campana azul dentro de un círculo) y que había sobrevivido a la era de los teléfonos celulares se encontraba en el cruce entre la Séptima Avenida y la calle 50, en el centro de Manhattan.
La cabina pertenecía en realidad a Titan, una compañía que en 2010 le compró a Verizon — el mayor proveedor de telefonía en Nueva York— las 1.300 cabinas telefónicas restantes para utilizarlas como soportes publicitarios, pero todas ellas fueron desapareciendo con el paso de los años.
Cambio de era
¿Ya no eran necesarias? ¿Nadie hacía llamadas? Habían quedado poco a poco en desuso las cabinas porque desde 2015, el Ayuntamiento de Nueva York comenzó a instalar unos kioskos de última generación que permiten a los neoyorquinos tener wifi gratuito en un radio cercano, cargar las baterías del teléfono celular y hacer llamadas sin costo.
Ahora hay 2.000 de estos nuevos kioskos y se atribuye a estos el declive definitivo de las cabinas.
¿Cómo fue decir adiós?
Este mismo martes en la mañana se celebró una pequeña ceremonia para conmemorar el fin de un símbolo.
El presidente del Distrito de Manhattan, Mark Levine, no se dejó llevar por la nostalgia, y dijo que las cabinas telefónicas “nos hicieron sufrir a todos por igual”.
Recordó los numerosos teléfonos sin tonalidad, las cabinas que tragaban monedas y monedas sin llegar a dar señal o las largas colas de usuarios esperando a acceder a un teléfono libre, según relata la cadena abc7ny.
Pero para aquellos nostálgicos, quedan todavía cuatro lugares de estética “vintage” en la avenida West End, utilizados sobre todo por turistas o meros “instagramers” que se toman fotografías dentro de esas reliquias.
¿Pasa lo mismo en Antioquia?
En el área metropolitana del Valle de Aburrá también han ido desapareciendo estos símbolos del pasado, las primeras herramientas que comunicaron a las generaciones anteriores, pero los pocos que quedan se resisten a desaparecer.
No son ni verdes ni rojos, ahora es Tigo el encargado de comunicar de forma pública a la ciudad y lo hace a través de unas cabinas nuevas grises y unas cuentas rojas que están ubicados en Medellín, municipios del Área Metropolitana y el Oriente Antioqueño.
En total, esta región cuenta todavía con 6.000 ejemplares. Diferente a Nueva York, donde solo quedaba uno. Acá aún falta tiempo para despedirse de este símbolo.