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Haga estas tareas para ganar el año desde ya

Los especialistas recomiendan organización, descanso adecuado y buena alimentación.

Periodista, presentadora y locutora. Fui DJ de radio, reportera de televisión y ahora disfruto el ejercicio de escribir a diario. Melómana, cinéfila y seriéfila.

29 de enero de 2020

Empezar décimo para Manuela Alarcón ha sido todo un torbellino de actividades, que si el servicio social (conocido antes como alfabetización), el semillero en la universidad, el curso para preparar las pruebas Saber, inglés fuera del colegio y, además, practicar el deporte que ha jugado durante los últimos cinco años: el baloncesto.

Las actividades extracurriculares obligatorias van a gastarle más tiempo de lo habitual, pero no quiere dejar las que lleva practicando y a eso hay que sumarle que comienza grados definitivos en su proceso académico. ¿Se puede organizar el tiempo?

Para Sara Zapata, psicóloga del CES, cambiar las costumbres o hábitos puede generar resistencia al volver a retomar clases, “sea un joven universitario o un estudiante de décimo u once”.

Añade la especialista en psicología clínica y salud mental, Diana Restrepo Palacio, psicóloga del colegio UPB, que la clave es la organización, “establecer prioridades frente a lo que van a enfrentar”.

Ordenar las extracurriculares

Lo primero que recomienda Andrés Ochoa Duque, responsable del proyecto Colegio Comfama, es que realmente los cursos que se hacen por fuera de la jornada escolar sean una elección del estudiante, “que esté conectado con su pasión o con su talento, no que sean una presión de la familia, porque lo tiene que aprender, el mundo lo exige o el mercado laboral también. Si se hace así, pierde sentido respecto al propósito de vida del joven que está en proceso de exploración y no se va a disfrutar”.

En casos como el de Manuela, en el que tiene claras sus clases externas, pero le llegaron otras nuevas responsabilidades, la psicóloga Restrepo recomienda priorizar, “el deporte es importante y lo disfrutan, solo hay que tratar de coordinar horarios para no desfasarse y justo en esos últimos años el tema académico debe ponerse en primer lugar. A veces como jóvenes les toca renunciar a algo porque hay que optimizar el tiempo para que les alcance para todo”, anota.

Otro punto que toca Ochoa Duque es que hay niños que quieren estar en todo, “hay alumnos bastante apasionados y no se quieren perder ninguna actividad. En esos casos a los padres les toca intervenir, conversar con ellos, establecer preferencias. El año es largo, apenas está empezando, pueden organizar los cursos por semestre, dosificarlos, acompañarlos en esa distribución porque caen otras obligatorias, sobre todo para alumnos más grandes, como el servicio social y el colegio se vuelve más exigente para ellos”.

Un estudio publicado en la Universidad de Michigan el año pasado llamado: Éxito académico y un año de participación en deportes bajo techo por estudiantes de primer año precisó que el punto óptimo en este tipo de extracurriculares es de cuatro a siete actividades diferentes a lo largo de los 12 meses.

“No se vuelvan locos e ingresen a 20 equipos distintos –escribió Jim Pivarnik, coautor del estudio– es encontrar un número moderado y participar en algo diferente. El rango de cuatro a siete actividades parece ser efectivo y se relaciona con un promedio académico alto”, concluyó.

Autocuidado

La psicóloga Restrepo considera este un punto vital en la educación de un joven, esté en el grado que esté, “es algo que se debe trabajar intensamente. Con los niños de primaria hay que ser cuidadosos para que logren comprenderlo. Para los jóvenes se hace mediante talleres y actividades lúdicas. En general es que aprendan cómo deben cuidar y valorar su cuerpo, si están bien físicamente van a responder bien a las actividades que tienen en el día a día, por ejemplo”.

Y en ese punto, reafirma Zapata, una de la claves para comenzar el año escolar con pie derecho es mejorar los hábitos de sueño, alimentación y ejercicio, “para tener mayor energía y responder de manera positiva a todas las responsabilidades”.

En cuanto al buen descanso, el tiempo de ocio es vital para Ochoa Duque. “Hay que evitar la fatiga escolar que se empiezan a manifestar con apatía, poco deseo de ir a estudiar o hasta estrés. Además de dosificar el tiempo de las actividades obligatorias y las escogidas por gusto sigue siendo muy importante el tiempo de buen descanso que no puede desaparecer. Es ese espacio en el que pueden compartir con sus amigos y con su familia sin una agenda estructurada”.

Si le fue mal el año pasado

A la hora de que un estudiante se enfrente de nuevo, bien sea como repitente o quizá con la continuación, a una materia con la que le fue mal o no le gustó, los expertos consultados reafirman que se pueden sacar adelante de nuevo con varias acciones. “Primero, un diálogo sincero entre padres e hijos para que busquen alternativas para salvar la materia que le da más dificultad, puede ser con un profesor particular o talleres entre compañeros”. Y a ello le añade Ochoa que hay contenidos que se hacen densos y complejos de entender de la manera tradicional, “por qué no buscar otro tipo de herramientas que le ayuden. Yo trataría de hallar documentales, videos que expliquen el tema de manera divertida, hay bastantes herramientas”.

Añade el especialista que si el caso es el del estudiante que está en los últimos años de bachillerato y busca desesperadamente, con semilleros, preuniversitarios u otro tipo de curso, qué estudiar por que no lo sabe, es recomendable tener calma, buscar asesoría en el colegio e ir trabajando en familia qué es lo que lo hace más feliz, “qué hace con más gusto, lo que sabe hacer bien, y no siempre tiene que ir a un curso. Si le gusta la astronomía, es ir al planetario, hacer un recorrido, prestar libros, conversar con profesionales, hay muchas opciones para encontrar la vocación. Ahí es concentrarse en lo que lo apasiona y necesita para sentirse productivo”, concluyó.

Planear el éxito académico desde el comienzo del año es posible. Que las próximas vacaciones sean para descansar y no para reforzar esa materia que perdió o cumplir con tareas que no alcanzó.