El país que debate y opina sobre la conveniencia de negociar el fin del conflicto armado no incluye a las comunidades más afectadas por la guerra. Para la mayoría de los pobladores urbanos que se oponen al proceso de paz, la guerra es un dato abstracto y alejado de su realidad. Para esas personas, la guerra es un tema de película o un eje de retórica política; no es miedo, pérdida ni muerte. Para ellos, la guerra es enemistad racionalizada, odio enquistado y aborrecimiento refinado. Gran parte del país urbano, especialmente el privilegiado, no sabe lo que es vivir bajo el dominio de la guerra.
Claro que la guerra está presente como referente popular, pero la Colombia urbana privilegiada está aislada de la coerción y el pavor de la beligerancia....