“Llegó diciembre con su alegría, mes de parrandas y animación en que se baila de noche y día y es todo juergas y diversión”.
Ojalá la estrofa de esa famosa canción fuera real, pero ya no es posible pues nosotros mismos nos hemos encargado de transformar la época decembrina en lo contrario.
La verdad, no me preocupa de dónde viene una tradición como la alborada, pero sí a dónde vamos a llegar perpetuando una práctica que se convierte en ejemplo para las nuevas generaciones, cada primero de diciembre.
Bonita forma la que encontraron algunos para enseñarle a los más pequeños como recibir diciembre, un mes catalogado por muchos como el mejor del año y que termina siendo para otros, el peor, el más triste, ¿o qué opinión tendrán hoy los 15 quemados...