Hace poco, en una librería mexicana, me topé con la portada de un libro gráfico que se llama “Clítoris”. De entrada, aclaro que no había un primer plano de este órgano pequeño, carnoso y eréctil, sino que había un grupo de mujeres charlando en una sala donde hay dispersas una bandera de la comunidad LGBT y varios afiches, entre los cuales me llamó la atención uno que dice: “Si tocan a una respondemos todas”.
Como yo no sé nada sobre el feminismo, solo sé que desde muy pequeño mis padres me enseñaron que un hombre y una mujer tienen los mismos derechos y tanto el uno como el otro puede ejercer cualquier empleo, ganar lo mismo, lavar platos, cambiar pañales, llorar, trabajar, en fin, pues no es que logre entender muy claramente en qué momento la...