Tenemos dos presidentes terribles. Esa es la triste realidad de México y Estados Unidos. Justo cuando necesitábamos dos líderes capaces en uno de los momentos más difíciles de la conflictiva relación bilateral, nos cayeron Enrique Peña Nieto y Donald Trump. Podríamos decir que es mala suerte, pero la realidad es que es nuestra culpa. Trump y Peña Nieto llegaron al poder gracias al silencio de muchos, y el silencio es complicidad.
A Trump le gusta hacer “bullying” a los inmigrantes, y ha hecho comentarios racistas, sexistas y xenofóbicos. Miente y ataca a la prensa cuando algo no le agrada. Además, no es un buen vecino. El mismo día que anunció sus aspiraciones presidenciales en 2015, nos llamó criminales y violadores a los inmigrantes mexicanos....