El Ministerio de Educación ha tenido desde hace tiempo el problema de haber sido ocupado por personas poco sensibles a la universidad pública y a la formación humanista y crítica de los universitarios. La forma en que este Gobierno ha tratado la educación ha estado más determinada por ajustar la evaluación a ránquines internacionales que no están pensados para ella, que por crear las condiciones institucionales para fortalecer la educación pública mediante una adecuada financiación.
La ministra María Fernanda Campo provenía del sector privado y como tal actuó: propuso una reforma en 2011, que promovía la participación de capital privado en la educación superior. Gina Parody, del mundo de la política del espectáculo, impulsó propuestas contrarias...