“El precio de una mujer en USA es muy alto. Entonces hay dos opciones: morir de hambre sin probarla o tener una experiencia estresante por una hora mientras ella piensa en conseguir su siguiente cliente (...) Cambia a una cultura diferente. Hola, soy Jake y estoy aquí para darte una experiencia poderosa y hacerte sonreír como la gente de las fotos...”.
Eso es lo que dicen las páginas donde Jay Herry Drivas, alias Jake, promocionaba su perverso negocio. La semana pasada, este estadounidense fue capturado en Medellín por dirigir una red de explotación sexual dedicada a recibir “gringos” calenturientos para darles drogas y organizarles fiesticas sexuales, incluyendo a menores de edad, en su apartamento, a cambio de unos cuantos dolaritos.
Indignación,...