En la nefasta época de la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, por la década de los años cincuenta, en la misma en la que se hicieron obras, como carreteras, puentes y se empezó la televisión, de la que hace poco hablábamos, sin respetar legislación aduanera, ni aranceles, tampoco se respetó la libertad de prensa.
Durante ese túnel temporal de la democracia, se cerraron varios periódicos, como lo recuerda el periodista y abogado William Calderón en su última Barca. Cerraron El Tiempo, El Espectador y El Siglo. El Colombiano no alcanzó a cerrar, pero, cuando cayó Rojas, ya había llegado a este diario la amenaza de una multa por un valor superior a los activos de la empresa periodística, lo que hacía imposible su pago y por consiguiente...