Todo comenzó con los niños.
Las imágenes son espantosas. Una muestra a por lo menos seis niños muertos, con los ojos abiertos, luego de un ataque con armas químicas en Siria. En otra, un padre está cargando en ambos brazos los cuerpos de sus gemelos recién fallecidos. Y en varias más hay menores de edad, apenas moviéndose, aferrándose a la vida con cada respiro.
Esas son las imágenes que acabaron por convencer al presidente Donald Trump de que tenía que atacar al régimen en Siria del dictador Bashar al-Assad. “Incluso hermosos bebés fueron asesinados cruelmente en este ataque barbárico”, declaró Trump horas antes de ordenar el bombardeo contra Siria. “Ningún niño hijo de Dios debe sufrir ese tipo de horror”.
A Trump siempre le pareció una señal...