Según el Defensor del Pueblo durante los últimos treinta meses han sido asesinados en todo el país 311 dirigentes sociales; esa, dice él, es una “cifra aterradora” y bien hace al clamar porque, de una vez por todas, a estos hechos se les ponga fin de tal manera que no haya “un líder asesinado más”, pues “lo que requerimos es paz y tranquilidad”. Se trata, sin duda, de otra dolorosa tragedia que debería convocar a todas las organizaciones sociales y políticas, a los académicos y a las universidades, a los hombres de bien, a realizar protestas públicas como la que tuvo lugar el pasado viernes en diversas ciudades del país (incluso en el exterior) y que, de forma atinada, se denominó como “Velatón Nacional”.
Pero no basta con ello: debe exigírseles...