En el prefacio a un importante libro suyo, el filósofo estadounidense Michael Walzer se pregunta “¿en compañía de quién deberían estar los críticos?” (“The Company of Critics”, 1988). Walzer llama críticos a los intelectuales, escritores, publicistas. No habla de los académicos o profesores, con razón. Tal vez no se sepa suficientemente, pero un profesor no equivale a un intelectual y mientras no lo sea es un profesional más, ingeniero, médico o zapatero, da igual.
Walzer invoca el texto clásico de Julien Benda “La traición de los clérigos” (1867-1956). Esa traición, dice el intérprete, consiste en fracasar en el juicio sobre el poder. Ese fracaso comienza con la miopía para identificar el poder político real y sus consecuencias sobre la sociedad...