Si Nairo ganara, digo, habría ruido, fanfarrias, discursos, himnos, caravanas de la victoria, triunfalismo al por mayor, rumba corrida. Un locutor altanero exclamaría que esta noche no lo esperen en su casa, otro pondría a sonar aquello de “Colombia, tierra querida, himno de fe y armonía”. También habría todas esas cosas horribles que suelen presentarse en Colombia cuando se trata de festejar: jactancia, gente borracha, accidentes, riñas, heridos, detenidos....