El capítulo de justicia contenido en el acuerdo de La Habana y la celeridad con la que los temas derivados del mismo para favorecer a las Farc hacen tránsito en el Congreso de Colombia y las facultades que habilitaron al presidente Santos para legislar sobre un sinnúmero de materias, demuestran que tanto la letra menuda del acuerdo como su desarrollo normativo a punta de afanes y pupitrazos, con la complacencia de la bancada de parlamentarios gobiernistas, están dirigidos a lavar la cara y el prontuario a los integrantes de ese grupo para pavimentarles su entrada a la toma del poder a través de la política, mucho más que a reducir los riesgos de la impunidad por sus responsabilidades en crímenes de lesa humanidad.
El tema se presentó inicialmente...