“No tengo ejércitos”. “He venido para decir la verdad”. Son las frases tajantes de Jesús en el Evangelio de hoy, cuando está indefenso ante la brutalidad del ejército romano.
“Si es rey -le pregunta Pilato- ¿dónde están sus tropas?” No las tiene. No se reconoce en los autodenominados ejércitos católicos que siglos después harán las cruzadas y la inquisición, ni en los batallones de la civilización cristiana, ni en las guerrillas que invocan el evangelio, ni en los paramilitares que se cuelgan escapularios.
Desafía al odio de todos los armados con un mensaje que nos sacude a todos. Oportuno para este país que de lado y lado hace de la paz una bandera de poder, y donde hoy la protesta indígena legítima se mezcla con violencia irracional. Él, Jesús,...