Prometió que la última palabra sobre los acuerdos con las Farc la tendrían los ciudadanos. Fue con esa base, y con mucha “mermelada” para corromper políticos y ciudadanos y acusando a sus críticos de “enemigos de la paz”, que ganó su reelección. Pero ahora también nos hará conejo.
Tenía las opciones del referendo y de la constituyente. La constituyente la descartó por tres razones: la primera, porque cree que es una caja de Pandora y que aunque la Constitución del 91 reconoce la posibilidad de hacer asamblea “constitucionales”, es decir, con temario limitado, después de instituida la asamblea se proclame constituyente, como la del 91, y no haya quien la ataje. La segunda, porque teme que sus aliados no ganen y que sus críticos obtengan una mayoría...