Alberto Aguirre Ceballos, ese docto antioqueño que marcó con su impronta una época, ejerció con lozanía, valor y entereza el periodismo, una de sus tantas facetas de hombre muy culto y polémico que además cultivó el derecho, el cine, la literatura, la fotografía y el arte; con sus escritos, recuérdese, muchos aprendimos a ver el mundo con otros ojos y a construir el necesario talante cuestionador en un país “donde la fantasía va cosida a la realidad”.
El siete de mayo de 1986, como profesor de cátedra de la Universidad de Medellín, tuve el privilegio de presentarlo ante un auditorio de cerca de quinientos estudiantes, algunos de los cuales iniciaban su práctica forense; en esa oportunidad, nos regaló un magnífico e irrepetible discurso sobre...