Si la Ministra Ginna Parody plagió su proyecto sobre alimentación escolar de la iniciativa que presentó la senadora Sofía Gaviria, lo que está por probarse, puede configurarse un grave factor de descrédito del gobierno, que influya en el deterioro de la transparencia de la que tanto se alardea. Pero además sería el colmo que nada menos desde la dirección de las políticas educativas y formativas del Estado se diera un mal ejemplo, por más positivos que hayan resultado programas como el de Ser pilo paga y otras decisiones ministeriales.
En Colombia ha habido una dañina longanimidad en materia de plagio, ensanchada por la primitiva falta de sindéresis y la enfermedad crónica del relativismo valorativo que aprueba el todo vale. Ha sido una indulgencia...