Me gusta mirar el rostro de la gente, definir estados pasajeros que nunca más volveré a ver. A veces me grabo alguna angustia que vi en el cruce de una calle, a veces me contenta el día la sonrisa que se fue en ese bus repleto de caras adustas. Me gusta mirar a la gente, dimensionar que esas personas que van conmigo por pequeños segundos jamás volverán a cruzarse por mi vida. Algunos dejan alguna palabra de un diálogo incompleto, una lágrima, una vida que no tengo ni idea para dónde va, y a veces esas vidas perdidas me persiguen, me dicen que esa también es la mía. Me gusta salir por ahí a coleccionar rostros, labios, narices y bocas, a ver de qué esta hecho esto que dicen los libros se llama ser humano.
A veces no resulta fácil ver la gente....