Estación Montonera, que nada tiene que ver con los grupos subversivos de la izquierda peronista en Argentina, sino con la aglomeración de sitios diversos, el amontone de vivienda, la falta de espacio público, la sensación de ahogo, la pérdida del paisaje, el ruido creciente, la neurosis ciudadana, el espacio reducido, la contaminación continua (la móvil y la estática), el sinnúmero de leyes que permiten tanta trampa, la sensación de basura permanente, en fin, con la densidad a que se ve sujeto el suelo cuando se construye en desorden y de manera acelerada, se permite que circulen más vehículos por menos vías y no hay control ninguno de población que llega. Y aquí, en este sancocho al que no paran de echarle cosas, la gente va perdiendo su condición...