Desde que leí “El cine era mejor que la vida”, que este año cumple 20 de haber ganado el Premio Nacional de Novela de Colcultura, Juan Diego Mejía se convirtió, para mí, en uno de los grandes escritores colombianos. Comencé a seguir sus libros: “Camila Todoslosfuegos”, “El dedo índice de Mao” y “Era lunes cuando cayó del cielo”; de repente, un silencio largo. A veces, cuando limpiaba los libros de mi biblioteca y pasaba por los escritores colombianos, me preguntaba qué habría pasado con él. Anhelaba una señal de vida literaria.
Hasta que llegó el día. Después de ocho años de espera, Juan Diego publicó “Soñamos que vendrían por el mar”, una novela que, a pesar de haberla escrito en menos de un año, según dijo en su presentación en Bogotá, llevaba...