Después de unas semanas de noticias agobiantes que incluyeron cabrita mutilada y niños brutalmente macheteados, hechos cometidos por energúmenos que ni siquiera son de allá, hoy me doy el gusto de lustrar el nombre de mi pueblo con un hecho amable y reconfortante, como el hallazgo de un cuadro de Simón Bolívar pintado por el maestro Francisco Antonio Cano, que por años estuvo perdido y, ya restaurado, hará guardia de honor en el recinto del Concejo.
A este artista maravilloso un concejal no identificado le encargó a comienzos del siglo XX, tal vez en 1906, un retrato de Simón Bolívar, el héroe que le da su nombre a nuestro municipio.
Cano cobró cuatro mil pesos por el cuadro. Por esos años, el precio internacional del café era de unos quince centavos...