Hoy, 2 de octubre marca un fin y un comienzo. Es el fin de más de 52 años de un conflicto que ha enlutado familias, truncado proyectos de vida, generado miseria y sufrimiento. Es el comienzo de un nuevo capítulo para Colombia, uno donde podemos, si así lo decidimos, construir un país mejor, más incluyente, más solidario.
El acuerdo de paz que los colombianos tenemos ante nosotros es un buen acuerdo. Fruto del trabajo incansable y la vocación patriótica de un gran equipo negociador. Las reglas, los límites y los objetivos siempre estuvieron claros.
Con el acuerdo hacemos justicia a las víctimas, a aquellos que han perdido a sus seres queridos o han sido desplazados de sus tierras, amenazados o intimidados. Conocerán la verdad, serán reparados...