Hace un par de meses la directora de gestión humana de una gran empresa de la ciudad me contó cómo la experiencia de voluntariado le había ayudado como “terapia” para mejorar la comunicación entre los empleados de un equipo de trabajo. Al “equipo problema” en lugar de pagar más actividades complejas con consultores de alto nivel, la empresa le encomendó pintar una escuela rural, y después de una semana, llegaron a la oficina como amigos.
En los últimos años, cada vez más empresas promueven entre sus empleados la práctica de voluntariado, como una forma de vincular el talento humano con la política de responsabilidad social empresarial de la organización. Según el informe de sostenibilidad 2014 de las cinco grandes empresas del Grupo Empresarial...