Cosmo School llega al Centro con su modelo de renovación educativa
Este proyecto educativo que nació en Comfama estrena su sede No. 11. El modelo forma desde la experiencia en el aula y bajo un pensamiento crítico, que estimula el trabajo en equipo y la formación ciudadana.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Al igual que Joe Sacco, yo también entiendo el periodismo como el primer escalón de la historia.
Mientras otros colegios del Centro de Medellín se caen a pedazos o abandonan el territorio, una nueva apuesta educativa ubicada en el cruce de la calle 47 Bomboná con la carrera 43 Girardot, abrirá sus puertas a cerca de 500 estudiantes de prejardín hasta décimo, desde este lunes 30 de enero.
Se trata de la nueva sede del colegio Cosmo School –proyecto educativo que nació en la caja de compensación familiar Comfama– que tendrá 2.562 metros cuadrados distribuidos en 14 aulas educativas, dos aulas talleres, una biblioteca, un comedor comunal y un restaurante.
El espacio cuenta con una arquitectura aplicada al aprendizaje y al movimiento del cuerpo, tan idóneo para la edad escolar. En él se resaltan cosas tan sencillas pero con gran impacto en el entorno educativo como los grandes ventanales que permiten una mejor iluminación natural, los colores de la edificación que favorecen el conocimiento, e incluso que los pupitres sean de un material especial que permite que los niños puedan rayarlos.
Pero más allá de lo arquitectónico, lo que impresiona del colegio Cosmo –y que se replica en sus otras 10 sedes en Antioquia– es su propuesta de aprendizaje innovadora basada en las recomendaciones de cerca de 300 expertos en educación y más de 60 experiencias educativas mundiales y con procesos validados en los que hasta la alimentación de los niños repercute en su desarrollo educativo.
“Cosmo tiene una propuesta de aprendizaje activo y en equipo. Es decir, los niños aprenden haciendo, experimentando, descubriendo e investigando permanentemente. Acá los formamos en pensamiento lógico, socrático y reflexivo en las áreas del saber. En el salón de clases, y ante un reto, no integramos una sola área del conocimiento, sino muchos saberes. Tal como pasa en la vida real”, apuntó la rectora Melissa Álvarez.
En este colegio creen en el goce que trae el aprendizaje y por ello sus mentores y mediadores –el equivalente a profesores y auxiliares de enseñanza que son profesionales de diferentes áreas– no les dejan tarea a los alumnos que tampoco usan uniformes, pues el método de enseñanza va más allá de la evaluación memorística. Esto no quiere decir que no haya un nivel de exigencia, pues el aprendizaje (que también incluye a las familias) repercute en lo académico y en la formación ciudadana de los estudiantes.
“Acá salen niños que preguntan cosas que ‘corchan’ hasta a los mentores y nos obligan a estar en constante formación. Por ejemplo, como hacen las lombrices para ‘ver’ debajo de la tierra. Son niños con otro tipo de pensamiento porque nosotros no solo enseñamos las ‘asignaturas’ tradicionales sino que integramos los saberes en un proyecto que dura todo el año”, apuntó la líder zonal Vanessa Arboleda.
“Nuestros métodos educativos están avalados por el Ministerio de Educación y por la Secretaría de Educación departamental y local pues cumple con los contenidos que la norma establece en el país”, añadió Álvarez.
La idea de Cosmo School nació en 2017 cuando los interesados en un nuevo método de educación comenzaron a visitar colegios y expertos para buscar referentes que ofrecieran un modelo educativo original que pudiera aplicarse en la ciudad. En 2020 comenzó a consolidarse dicho modelo en la sede Comfama del barrio Pérez, de Bello con solo 19 estudiantes. Hoy ya son más de 3.000 alumnos en 11 sedes que incluyen los sectores de Barrio Colombia, Belén La Palma, Cristo Rey, Envigado, Perpetuo Socorro, Rionegro, Robledo y el Hospital San Vicente. Este año se espera que se abran las sedes de Sabaneta y el Carmen de Viboral.
Este año el Cosmo School tendrá su primer gran reto pues sus alumnos enfrentarán por primera vez las pruebas estatales Saber. Y aunque los resultados serán vitales para conocer si la propuesta educativa es válida ante los estándares nacionales, las directivas de Cosmo están tranquilas pues por lo menos el espacio se ha convertido en uno en el que los chicos son vistos como personas y no como resultados.
“Las pruebas son importantes, pero acá hay algo invaluable y es cuando los estudiantes nos dicen que les gusta estar acá porque en Cosmo son libres”, apuntó Julio Gil Valencia, líder de Cosmo School.
En la apertura de la sede Centro del Cosmo School estuvieron representantes de entidades públicas y privadas como la Policía y los teatros y centros culturales y de formación que serán sus vecinos. Estos expresaron su entusiasmo por la iniciativa que apunta a la recuperación de la comuna 10 como espacio de formación sociocultural. “Es genial que llegue un colegio a entender las dinámicas alrededor de las bibliotecas, los museos y los teatros. Me parece fundamental que haga parte del desarrollo de los niños”, dijo Juan Carlos Sánchez, director del Teatro Pablo Tobón Uribe.
Mientras otros colegios del Centro de Medellín se caen a pedazos o abandonan el territorio, una nueva apuesta educativa ubicada en el cruce de la calle 47 Bomboná con la carrera 43 Girardot, abrirá sus puertas a cerca de 500 estudiantes de prejardín hasta décimo, desde este lunes 30 de enero.
Se trata de la nueva sede del colegio Cosmo School –proyecto educativo que nació en la caja de compensación familiar Comfama– que tendrá 2.562 metros cuadrados distribuidos en 14 aulas educativas, dos aulas talleres, una biblioteca, un comedor comunal y un restaurante.
El espacio cuenta con una arquitectura aplicada al aprendizaje y al movimiento del cuerpo, tan idóneo para la edad escolar. En él se resaltan cosas tan sencillas pero con gran impacto en el entorno educativo como los grandes ventanales que permiten una mejor iluminación natural, los colores de la edificación que favorecen el conocimiento, e incluso que los pupitres sean de un material especial que permite que los niños puedan rayarlos.
Pero más allá de lo arquitectónico, lo que impresiona del colegio Cosmo –y que se replica en sus otras 10 sedes en Antioquia– es su propuesta de aprendizaje innovadora basada en las recomendaciones de cerca de 300 expertos en educación y más de 60 experiencias educativas mundiales y con procesos validados.
“Cosmo tiene una propuesta de aprendizaje activo y en equipo. Es decir, los niños aprenden haciendo, experimentando, descubriendo e investigando permanentemente. Acá los formamos en pensamiento lógico, socrático y reflexivo en las áreas del saber. En el salón de clases, y ante un reto, no integramos una sola área del conocimiento, sino muchos saberes. Tal como pasa en la vida real”, apuntó la rectora Melissa Álvarez.
En este colegio creen en el goce que trae el aprendizaje y por ello sus mentores y mediadores –el equivalente a profesores y auxiliares de enseñanza que son profesionales de diferentes áreas– no les dejan tarea a los alumnos que tampoco usan uniformes, pues el método de enseñanza va más allá de la evaluación memorística. Esto no quiere decir que no haya un nivel de exigencia, pues el aprendizaje (que también incluye a las familias) repercute en lo académico y en la formación ciudadana de los estudiantes.
“Acá salen niños que preguntan cosas que corchan hasta a los mentores y nos obligan a estar en constante formación. Por ejemplo, como hacen las lombrices para ‘ver’ debajo de la tierra. Son niños con otro tipo de pensamiento porque nosotros no solo enseñamos las ‘asignaturas’ tradicionales sino que integramos los saberes en un proyecto que dura todo el año”, apuntó la líder zonal Vanessa Arboleda.
“Nuestros métodos educativos están avalados por el Ministerio de Educación y por la Secretaría de Educación departamental y local pues cumple con los contenidos que la norma establece en el país”, añadió Álvarez.
La idea de Cosmo School nació en 2017 cuando los interesados en un nuevo método de educación comenzaron a visitar colegios y expertos para buscar referentes que ofrecieran un modelo educativo original que pudiera aplicarse en la ciudad. En 2020 comenzó a consolidarse dicho modelo en la sede Comfama del barrio Pérez, de Bello con solo 19 estudiantes. Hoy ya son más de 3.000 alumnos en 11 sedes que incluyen los sectores de Barrio Colombia, Belén La Palma, Cristo Rey, Envigado, Perpetuo Socorro, Rionegro, Robledo y el Hospital San Vicente. Este año se espera que se abran las sedes de Sabaneta y el Carmen de Viboral.
Este año el Cosmo School tendrá su primer gran reto pues sus alumnos enfrentarán por primera vez las pruebas estatales Saber. Y aunque los resultados serán vitales para conocer si la propuesta educativa es válida ante los estándares nacionales, las directivas de Cosmo están tranquilas pues por lo menos el espacio se ha convertido en uno en el que los chicos son vistos como personas y no como resultados.
“Las pruebas son importantes, pero acá hay algo invaluable y es cuando los estudiantes nos dicen que les gusta estar acá porque en Cosmo son libres”, apuntó Julio Gil Valencia, líder de Cosmo School