EPM lucha contra el riesgo de apagón y promete aportar 2.100 MW en 2030
Además de la entrada en operación plena de Hidroituango en 2027, la empresa se echó el hombro estrategia para darle un nuevo impulso a la energía solar e hidroeléctrica.
EPM quiere alejar al país del fantasma de un apagón. Dándole un nuevo impulso a la energía hidroeléctrica y solar, la empresa se embarcó en una cruzada para aportar al país 2.100 megavatios (MW) de energía nueva en menos de cinco años.
En una suma en la que también se incluye el complejo de Hidroituango –que para finales de 2027 estaría encendiendo sus últimas cuatro turbinas, que sumarán 1.200 MW – la compañía de servicios públicos apunta a estar operando a 2030 un nuevo conjunto de centrales energéticas que con capacidad de 900 MW.
Alberto Mejía Reyes, gerente de Generación Energía de EPM, señaló que la iniciativa no solo busca reforzar la matriz energética del país en un momento crítico, sino darle nuevos bríos a la generación hidráulica, la energía renovable por excelencia de Antioquia y el país.
“Vamos a reactivar este desarrollo en centrales hidroeléctricas, priorizando las que tienen periodos de construcción más cortos que son las pequeñas centrales hidroeléctricas (PCH), es decir, centrales de menos de 20 MW”, precisó.
Riesgo de apagón latente
El panorama energético del país está bajo incertidumbre desde hace por lo menos tres años. El retraso en la entrada de centrales, los cada vez más severos periodos de sequía y una caída en la producción y exploración de hidrocarburos tienen al país a las puertas de una crisis.
De acuerdo con las previsiones de XM, operador del sistema interconectado, para el cierre de este año ya hay un déficit de 1.300 gigavatios-hora (GWh) respecto a las proyecciones de energía en firme, que incluso podría engrosarse a un faltante de 3.100 GWh para el cierre de 2027.
A partir de 2027, los datos del Centro Regional de Estudios de Energía ya no solo hablan de un déficit respecto a la energía planeada, sino de una demanda de energía que superaría la oferta, obligando a las centrales térmicas a encenderse y disparando todavía más los precios de la luz.
Para 2037 el panorama es más adverso y de no solucionarse dicho desfase los cálculos ya apuntan a que la capacidad instalada se quedaría corta para la demanda media.
Las principales razones del desfase se centran en los rezagos de los proyectos de generación y las líneas de transmisión ya aprobados, así como un manejo del sector por parte del Gobierno Nacional cuestionado por expertos y organismos de control.
Tan solo este mes, la Contraloría General de la República lanzó una dura advertencia al Ministerio de Minas, reprochándole que desde el orden nacional no se hayan tomado medidas contundentes para conjurar los riesgos de un racionamiento tanto de energía como de gas.
En medio de este panorama, el gerente de Generación Mejía Reyes complementó que desde 2016 el país se embarcó en un plan de largo aliento para diversificar su matriz energética, dándole un especial enfoque a los proyectos eólicos y solares.
Si bien estos dos tipos de proyectos siguen siendo importantes para la empresa, Mejía señaló que este año la entidad se propuso reactivar las centrales hidroeléctricas, en las que Antioquia tiene un gran potencial en comparación con el resto del país.
“Quizás en un momento se hablaba de la energía solar y la eólica como las únicas fuentes renovables, siendo que la hidroeléctrica también es una fuente de generación renovable”, dijo Mejía, explicando el porqué EPM decidió lanzar una convocatoria de proyectos hidroeléctricos.
En total, la empresa recibió 118 proyectos, con una capacidad total de 2.900 MW.
Aunque este último consolidado varía de acuerdo al estado de cada proyecto –según variables como su licenciamiento ambiental y la tenencia de puntos de conexión– EPM señaló que en un horizonte de cinco años su meta es aportar al sistema 2.100 MW nuevos, provenientes de los de los 1.200 MW pendientes de Hidroituango, 700 MW de energía solar y otros 200 MW de pequeñas hidroeléctricas derivadas de esa reciente convocatoria.
Impulso a las hidroeléctricas
Pese a todavía estar funcionando a media capacidad, durante las últimas temporadas secas Hidroituango demostró su valía para la estabilidad energética del país.
Además de su robusta capacidad de 1.200 MW, la tecnología de la hidroeléctrica, que le permite funcionar al filo del agua y no depender de que su embalse esté lleno, fue uno de los factores de peso para que el país no tuviera que meterse en un racionamiento recientemente, respaldando en algunos momentos hasta el 10% de la energía del país en pleno Fenómeno de El Niño.
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Aunque el grueso de la matriz energética colombiana tiene sus cimientos en la energía hidroeléctrica, representando aproximadamente 70%, el desarrollo de nuevos proyectos de este tipo se relegó.
Especialmente desde 2019, el país se embarcó en una estrategia de largo aliento para impulsar proyectos solares y eólicos, vistos como la alternativa más expedita para reforzar al país en los tiempos de sequía.
El impulso a estas energías renovables no convencionales metió a Colombia en la vanguardia mundial en la industria de las energías alternativas. En la última subasta del cargo por confiabilidad, realizada el 15 de febrero de este año, el 98% de las obligaciones de energía en firme fueron entregadas a plantas solares nuevas –equivalentes a 4.441 MW– y un 1% restante a plantas térmicas de biomasa (48 MW).
Si bien dicha subasta fue vista como una señal positiva para la transición energética del país, la incertidumbre que hoy merodea en el sistema generó que empresas como EPM también regresaran la vista a los proyectos hidroeléctricos.
Si bien la empresa también selló alianzas con muchos de los proyectos que ganaron en la subasta de febrero pasado, haciéndose a la participación del 51% de varios de los que están más maduros, el otro gran frente en el mediano plazo es darle un nuevo impulso a la hidroelectricidad.
La premisa central de este regreso, retomó el gerente de Generación de EPM, es que el país todavía tiene un gran potencial sin utilizar, a diferencia de muchos otros países en donde la geografía no da para más.
“En el mundo hoy se siguen desarrollando proyectos hidroeléctricos de una manera importante, obviamente no al mismo ritmo al que viene creciendo la energía solar o la energía eólica. Pero es por una razón, porque en los otros países en cierta manera ya se ha saturado el potencial hidroeléctrico. En Colombia no, todavía tiene por explorar alrededor de 20.000 MW hidroeléctricos”, añadió.
En un país ya rico a nivel mundial en materia hídrica, Antioquia es uno de los departamentos con mayor potencial de aprovechamiento, especialmente en las cuencas de los ríos Cauca y Nare.
Regresando a la bolsa de los 2.900 MW en proyectos, Mejía apuntó que por lo menos 1.100 MW ya cuentan con licencia ambiental y de ese total, 7 de cada 10, corresponden a proyectos hidroeléctricos pequeños ubicados en Antioquia.
“Cuando hablamos de los 1.100 MW, más o menos un 70% está ubicado en Antioquia. Ahí se ve que hay un potencial por explorar en Antioquia muy significativo. También hay proyectos en Santander, hay algunos proyectos en el Eje Cafetero, en Cundinamarca, pero el grueso está en Antioquia”, especificó.
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Además de este potencial, la energía hidroeléctrica también tiene múltiples ventajas competitivas en comparación con la solar y la eólica.
Tan solo en el caso de la solar, Mejía apunta por ejemplo que esta lógicamente solo puede generarse en el día y no puede atender al mercado en la noche, que contiene las horas con mayores niveles de consumo.
“La solar solamente entrega energía en las horas de sol y en la noche es cuando más se consume energía. Entonces, vamos a necesitar o instalar baterías para complementar la energía solar o la fuente hidráulica”, advierte.
Por otro lado, señala que a nivel mundial las hidroeléctricas ya están aprovechando la energía producida en las horas de menor consumo para alimentar sistemas de bombeo que reabastecen los embalses para las horas de más demanda, creando una alternativa más práctica a las baterías que, por ejemplo, demanda la energía solar para atender las horas de mayor consumo.
En el frente social, uno de los más sensibles para sacar adelante a estos proyectos, el gerente de Generación señaló que la experiencia le ha demostrado a EPM que la tarea clave es sentarse a trabajar conjuntamente con las comunidades, de tal forma que los proyectos encajen positivamente en la economía y en la calidad de vida de las comunidades.
Así funcionó la convocatoria
La estrategia de EPM para apalancar esos proyectos hidroeléctricos se dividió en varios frentes. Mejía señala que en primer lugar la compañía abrió una gran convocatoria, buscando que todo tipo de proyectos hidroeléctricos de una capacidad mayor a los 5MW se postularan, sin poner un límite máximo.
Para esta iniciativa EPM no solo planteó la posibilidad de comprar los proyectos para convertirse en su desarrollador, sino que dejó la puerta abierta para que aquellas empresas que estén en capacidad de construirlas por cuenta propia así lo hagan, adquiriendo luego la compañía pública el 51% de la participación. De igual forma, acota el gerente de Generación, a los desarrolladores se les dio la posibilidad de firmar un contrato de comercialización de energía a largo plazo, de tal forma que tengan garantizada la compra de energía por parte de EPM.
Tras seleccionar ese gran paquete de 118 proyectos, ahora EPM se puso en la tarea de revisar el estado de cada uno. “De esos 2.900 MW filtramos los que tienen licencia ambiental, pero que todavía no tienen punto de conexión y tenemos allí 1.100 MW. Cuando le ponemos el segundo filtro de los puntos de conexión, tenemos una capacidad del orden de los 110 MW”, agregó.
Mientras en el caso de los proyectos que ya tienen cubierto lo más importante la intención es iniciar su ejecución cuanto antes, en el caso de aquellos que tienen licencia pero no punto de conexión EPM arrancó con una labor de asesoría y apoyo, para que puedan surtir este último componente ante la Unidad de Planeación Mineroenergética (Upme).
Bajo este panorama la meta de EPM es tener para 2030 no solo a Hidroituango funcionando al 100%, sino una primera tanda de pequeñas centrales hidroeléctricas por 200 MW y otros 700 MW de proyectos solares que refuercen un sistema que está demandando alternativas con urgencia.