Política

El Partido de la U, sin burocracia ni rumbo claro: el precio de la derrota en la Corte que está pagando Alex Vega

La elección de Carlos Camargo a la Corte Constitucional dejó en evidencia la división y debilitó el liderazgo del codirector, quien impulsó sin éxito a María Patricia Balanta. La colectividad, sin rumbo claro y con pérdida de influencia en el Gobierno, enfrenta profundas fracturas de cara a 2026.

Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia. Experto en asuntos políticos, parlamentarios y de Gobierno. Subeditor de la sección Actualidad.

13 de septiembre de 2025

La elección de Carlos Camargo Assis como nuevo magistrado de la Corte Constitucional –apoyado por sectores independientes y de oposición en el Senado–, dejó al descubierto las costuras en el Partido de La U. La puja alrededor de su llegada al tribunal más alto y respetado del ordenamiento jurídico desató una caldeada, pero silenciosa rencilla en sus huestes que tiene como protagonista a un viejo conocido en la escena político electoral de Colombia: el exregistrador Alexander Vega Rocha.

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El copresidente de la colectividad –quien comparte la dirección colegiada de La U de la mano de la exgobernadora Clara Luz Roldán–, fue uno de los grandes impulsores de la candidatura de María Patricia Balanta a la Corte. Se trata de la que fue considerada la aspirante del Gobierno de Gustavo Petro al alto tribunal y alrededor de quien se centraban todas las miradas y temores frente al supuesto control e influencia que consolidaría Petro en caso de haber sido triunfador.

Sin embargo, según confirmaron al menos ocho fuentes dentro de la colectividad consultadas por EL COLOMBIANO, Vega se dio la pela e impulsó con ahínco el nombre de Balanta, lo que generó incomodidad, enfado y un dejo de sublevación entre la bancada. Para algunos, fue la gota que rebosó la copa de una serie de medidas cada vez más controvertidas y forzosas.

“Él ha cometido varios errores, el último fue imponer a Balanta y pretender que votáramos por ella porque sí”, reconoció uno de los senadores, advirtiendo que su decisión, inconsulta e inquisidora según algunos congresistas de la bancada, generó una oleada de críticas y cuestionamientos que hoy por hoy pondrían en jaque su manejo y liderazgo en La U.

“Se ha tomado vocerías sin contar con la bancada. Las cosas no le han salido como deberían salirle a un director del partido. Se la jugó entero por Balanta para magistrada, pero la mayoría de los congresistas votaron por Camargo”, señaló otro de los legisladores.

En efecto, aunque la votación fue secreta, se presume que de los 10 senadores que tiene La U solo tres terminaron respaldando a Balanta, “pero no por directriz de Vega, sino por su convicción. Son los más cercanos al Gobierno”, dijo un senador. Se trataría de los senadores Antonio José Correa –aliado del Gobierno de antaño–, Julio Chagüi y Julio Elías Vidal.

De acuerdo con las fuentes consultadas, aunque desde tiempo atrás los bandos están definidos en la bancada, la decisión de Vega al querer supuestamente imponer a Balanta no solo los dividió más, sino que fracturó las relaciones entre los congresistas y la Dirección del Partido de La U.

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“Después del paso de Dilian Francisca (Toro) –hoy gobernadora del Valle del Cauca y exdirectora de la colectividad–, el partido ha estado al garete. El liderazgo y la influencia de ella eran importantes. Pero hoy no hay liderazgo, ni influencia alguna de la codirrección con la bancada”, reclamó otro parlamentario.

Estratega electoral

Si bien Vega es oriundo de Guaviare, se crió en el municipio de Chía, en Cundinamarca, y desde allá comenzó a amasar su poderío e influencia, primero como personero y luego dando el salto a otras instancias que lo llevaron a acercarse al naciente Partido de La U en 2012 de la mano de dirigentes como Edgar Humberto Silva, exalcalde del municipio de Puerto Gaitán (Meta).

Sin embargo, la alianza se selló definitivamente con su arribo, a capa y espada, al Consejo Nacional Electoral (CNE) con la bendición de La U, apoyando en ese entonces por los influyentes senadores Musa Besaile y Bernardo ‘Ñoño’ Elías, este último hermano del hoy senador Julio Elías Vidal, mientras que el primero es hermano del también congresista Jhony Besaile Fayad.

Desde allí, especializado en asuntos electorales, Vega consolidó sus dotes de estratega electoral y tejedor de alianzas. Sin embargo, también hubo controversias. Fue en ese escenario donde conoció al entonces magistrado Carlos Camargo Assis –el magistrado entrante a la Corte Constitucional–, y, al parecer, sus diferencias escalaron a tal punto que el hoy copresidente de La U prefirió apoyar a Balanta, aun cuando eso implicara respaldar al Gobierno Petro.

“Desde que ambos salieron del CNE y aspiraban a la Registraduría hubo reclamos mutuos de una supuesta campaña negra. Eso los terminó de distanciar. Lo de la Corte fue un tema netamente personal, por eso el lío, y lo que estaba en juego era el dominio del tribunal, ¿cómo no íbamos a estar en desacuerdo?”, explicó un senador de La U.

Lo cierto es que Vega, un dirigente acostumbrado a los triunfos sonoros y las conexiones silenciosas, tuvo que encarar la derrota y lo que ello implicó en su partido: por directriz del propio presidente Gustavo Petro –que, como contó EL COLOMBIANO, estalló en furia tras lo ocurrido en la elección de magistrado– rompió su frágil coalición de Gobierno y amenazó con la salida de tres ministros: Antonio Sanguino (Trabajo), Julián Molina (TIC) y Diana Marcela Morales (Comercio, Industria y Turismo).

Hasta ahora, la única renuncia aceptada es justamente la de Molina, considerado cuota del Partido de La U en el Gobierno. “Esa fue la ruptura definitiva. Ya el partido no quería nada y aunque hay algunos en Cámara que querían juego burocrático, la salida del MinTIC les manda un mensaje”, precisó un senador.

“Hay a quienes nos da lo mismo tener o no tener representación política en el Gobierno, pero hasta el miércoles toda la bancada de Cámara que ha sido cercana a Petro estaba esperanzada en conservar el Ministerio, pero la verdad es que les pegaron una ‘conejeada’”, aseguró un representante a la Cámara, en alusión al nombramiento de Gloria Patricia Perdomo, quien no tiene relación con La U y es percibida como alguien de las entrañas del petrismo. Es decir, La U –que tendría otros fortines como la Fiduprevisora– perdió influencia en el gabinete.

¿Y el 2026?

Al indagar qué otras movidas causaron el aparente divorcio de la bancada con Vega, seis congresistas coincidieron en que su anuncio y movidas alrededor de una eventual alianza de La U con el Partido Liberal, el Conservador y el Nuevo Liberalismo –sin someterlo antes a consideración– causó molestia y desazón, tanto entre los petristas como entre quienes guardan distancia con el Gobierno.

“Se toma unas arrogaciones y potestades que no hemos compartido. Hoy ya está ofreciendo avales y acercando gente que llega a última hora al partido. Toma postura, expide comunicados y promueve temas sin considerar la opinión de nosotros”, manifestó otro senador.

Sin embargo, hubo cinco senadores que coincidieron en un nombre para el 2026: “La U apoyará a Juan Carlos Pinzón”, dijo uno de ellos, señalando que la cohesión alrededor de ese nombre es el primer asomo de unidad en el partido en dos años.

En este contexto el interrogante que se abre también es por el rol de Clara Luz Roldán: “Acá no manda ninguno, todo es muy equilibrado. Es que en el Partido de La U hay una particularidad que nos diferencia de otros partidos: acá todos son jefes políticos. ¿Usted cree que José David Name se va a dejar imponer a alguien? ¿Besaile? ¿(Antonio José) Correa o (Alfredo) Deluque? No, acá cada quien se mueve según sus preferencias y por eso no hay un liderazgo único”, alertó otro congresista.

“Llevar la vocería del partido sin compartir decisiones ha sido uno de los problemas”, reconoció un senador.

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No todo es en contra. Dentro de la bancada hay también un sector que reconoce la gestión de Vega y asegura que sus decisiones son ecuánimes, que propone y no impone, y que sobre la mesa siempre pone varias opciones, aunque toma partido y recomienda la que es –en su criterio– la más opción más acertada, sin que ello implique una obligación.

“Es propositivo, tiene vocación de poder y eso es algo que necesitamos. Siempre propone”, señaló una congresista, reconociendo que, si bien hay diferencias, lo ocurrido tampoco es una razón para excluir a Vega.

“Él fue opositor en el tema del Gobierno Petro al inicio, pero ahora está más tranquilo, más calmado, entendió la labor del congresista y nos ha respetado”, indicó un senador.

Lo cierto hoy es que, sin representación burocrática y con apoyos divididos, la bancada luce distante y apática frente a la Dirección de La U, un asunto que podría terminar pasándole factura en las elecciones legislativas y presidenciales de 2026.

“En La U hay tres sectores: uno que dice ser progresista; otro que es apático a ese progresismo, y otro que quiere alianzas con el Centro Democrático o Cambio Radical”, señaló un senador, en referencia a la división que persiste y tiende a acentuarse. Incluso, desde ya hay discusiones alrededor de si es viable una coalición con los petristas para Congreso, pero no para Presidencia.

Los líos son varios y las fisuras son profundas. Quizá el primer paso para buscar algunos acuerdos será el martes, cuando la bancada está citada para discutir asuntos que marcarán el derrotero de 2026. ¿En la agenda estará la permanencia de la dupla Vega-Roldán en la Dirección?