“Mi hermana está en shock, destrozada. Por favor ayúdenos”: habla familia de niños colombianos desaparecidos en frontera con EE. UU.
Mariana, de 4 años, y Jesús David, de 6, fueron arrastrados por la corriente del Río Bravo, en México. La madre está en un refugio de Nueva York. Esto es lo que saben los familiares.
Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.
La tragedia ocurrió a las 2:30 de la tarde del domingo 12 de noviembre. Yiini Paola Galán Herazo, de 23 años de edad, intentaba cruzar el peligroso Río Bravo, en México, para llegar a Estados Unidos y buscar el mal llamado “sueño americano”.
Pero ese viaje ha sido todo, menos un sueño. Junto a ella viajaban los pequeños Elen Mariana Martínez Galán, de 4 años, y Jesús David Martínez Galán, de 6, los hijos a los que le quería dar un mejor futuro en EE.UU.
“Ellos iban muy bien, ya casi llegando a los Estados Unidos y estaban atravesando ese río que aparentemente es muy calmado. Pero es muy engañoso porque de un momento a otro se creció y la gente entró en pánico”, contó Yulitza, la hermana de Yiini Paola en diálogo con EL COLOMBIANO.
En ese momento, otro de los migrantes colombianos que viajaba en el grupo “entró en shock y cogió muy fuerte a Yinni”, entonces ella terminó por soltar la mano de los dos niños y vio como la corriente se los llevó río abajo en medio de gritos y llanto.
Desde ese momento no saben nada y han sido días y noches de mucho terror. Los niños se mezclaron entre otra cantidad de menores y adultos que estaban siendo arrastrados por la corriente y que gritaban pidiendo auxilio.
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“A mi hermana la lograron sacar. Ahí estaba la guardia costera, pero de los niños no supimos nada más y estamos desesperados”, dijo Yulitza.
Y no es para menos. Elen Mariana y Jesús David ya completan cuatro días desaparecidos y a la deriva. Aunque conservan la esperanza de hallarlos vivos, la familia pide que los entreguen vivos o muertos, “como sea para calmar ese dolor que siente la mamá y todos nosotros”, dicen.
Pero el panorama es complejo, pues en esa zona pasan miles de migrantes al día y las múltiples emergencias desbordan a las autoridades mexicanas.
De hecho, la familia recibió información de una niña migrante que buscaba a sus padres, “pero no era nuestra niña, ya estaba muy grande y supimos que no era Mariana”, dijo.
Y no solo eso. Mientras las familias viven momentos de angustia y desespero por hallar a sus seres queridos, los criminales se aprovechan de la situación para intentar sacar provecho.
Yulitza cuenta que ese mismo domingo en que desaparecieron los niños los llamó un grupo de estafadores para cobrar una supuesta recompensa a cambio de entregar los menores. La información no coincidió y por eso colgaron con la certeza de que no los tienen y de que ambos niños siguen en el río o, en el mejor de los casos, en las manos de las autoridades mexicanas o estadounidenses.
El lío es que el Río Bravo es una frontera entre México y Estados Unidos y, por ende, los niños pueden estar de cualquiera de los dos lados.
Justo por eso, la búsqueda es aún más difícil, pues las autoridades migratorias de lado y lado no tienen la certeza de si están en sus territorios y sin esa certeza es difícil actuar.
En condiciones normales, cruzar Río Bravo no tarda más de 10 minutos, pues es un caudal no tan profundo y con una corriente estable que permite el paso. Sin embargo, a veces las aguas se ponen mucho más agresivas y los migrantes terminan por morir ahogados o por ser recogidos por las lanchas de la guardia costera, quien finalmente los devolverá a casa.
Pero eso es algo que ya no le importa a Yinni Paola, la joven madre de los dos niños. Pese a que migró a EE.UU. con la esperanza de obtener más recursos para sostenerse a ella y a su familia, las condiciones actuales la tienen al borde de colapso y entre crisis nerviosas.
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“A ella no le pueden mencionar el nombre de los niños porque empieza a llorar desconsolada. Está destrozada, desesperada. Ya no sabe qué hacer y tiene mucho miedo de que la devuelvan a Colombia sin sus dos hijos”, dijo Yulitza.
Ese es otro riesgo. Tras ser sacada del Río Bravo en el que desaparecieron sus hijos, Yinni Paola fue llevada a un refugio de migrantes en Nueva York. Desde allí, espera la ayuda de las autoridades o la información para dar con sus hijos, pero nadie le da razón desde aquel domingo.
Ahí, por lo menos, la están tratando bien y se muestran interesados en encontrar a Mariana y Jesús David.
“Mi hermana dice que la están tratando bien. Que con ella se han comportado súper bien, que la doctora le está colaborando para contactar a más personas para que hagan la búsqueda y eso, pero, pues nada, hasta ahora no hay nada”, dijo la tía de los menores en diálogo con este diario.
Según información consultada por EL COLOMBIANO, la Defensoría del Pueblo de Colombia ya logró contactarse con Yinni y está a la espera de poderla ayudar a ella y a sus hijos para salir bien. Sin embargo, Yalitza es clara con que el llamado va directamente a los gobiernos de EE.UU. y Colombia para hallar a los niños de 4 y 6 años de edad.
“Nuestra petición es para los presidentes Gustavo Petro, Amlo (Andrés Manuel López Obrador, de México) y Joe Biden. Que den la orden de buscar porque eso ayudaría a que se agilicen muchas gestiones. Que agote todos los medios de búsqueda, Ejército, Guardia, de todo, o sea, que hagan todo, que nos ayuden con una visa humanitaria si es posible para hacerle acompañamiento a mi hermana”, concluyó Yulitza.