Colombia

Víctimas mortales de la masacre en Mesitas del Colegio, Cundinamarca, tenían vínculos con peligrosa banda criminal

De acuerdo con las autoridades, las víctimas mortales de la masacre no eran ajenas a hechos violentos, ya que al parecer eran parte de una banda criminal en la que se hacían pasar por policías.

20 de agosto de 2025

Durante la tarde de este martes 19 de agosto, una jornada de descanso y reunión familiar se convirtió en una tragedia en el municipio de Mesitas del Colegio, en Cundinamarca. En la finca llamada Villa Claudia, ubicada en la vereda San Ramón, la tranquilidad se vio alterada a raíz de una fuerte ráfaga de disparos que dejó un saldo macabro: tres personas fallecidas y tres más gravemente heridas.

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Lo que inicialmente se percibió como un ataque indiscriminado, pronto reveló una oscura historia de viejas deudas y ajustes de cuentas, según han podido revelar las autoridades locales.

Las autoridades confirmaron las identidades de las víctimas. Los fallecidos son Natalia Vaca Santamaría, de 24 años; Sol Margarita Morales Lara, de 67 años; y Jobany Javier Chivata Daza, de 44 años.

Por su parte, las personas heridas, quienes fueron trasladados a centros asistenciales, fueron identificadas como Jhon Vélez (26), Luis Rodríguez (68) y Claudia Rodríguez (49).

Un ajuste de cuentas: la hipótesis principal

A través de sus redes sociales, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, se refirió al ataque con un detalle que cambió por completo el foco de la investigación.

“Se encontraban en el interior de la finca, siendo atacados con un arma tipo pistola calibre 9 mm”, afirmó, confirmando la brutalidad del ataque. Sin embargo, lo más revelador fue la información sobre las víctimas.

El gobernador detalló que cuatro de ellas tenían antecedentes penales por delitos como “concierto para delinquir, porte de armas, atracos y detenciones”.

Esta revelación llevó a las autoridades a una nueva conclusión sobre lo que había pasado. “Lo que significa que aquí podríamos estar hablando de un ajuste de cuentas”, detalló Rey a City TV.

La búsqueda de los cuatro delincuentes, que llegaron al lugar en motocicletas, se ha convertido en la prioridad para la Gobernación y la Policía de Cundinamarca.

La investigación del crimen sugiere que los atacantes llegaron preguntando presuntamente por un dinero, pero cuando la respuesta fue negativa, abrieron fuego indiscriminadamente contra los presentes.

‘Los Avatars’: la banda detrás de la masacre

A medida que el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía profundiza en el caso, la verdad detrás de la masacre ha tomado forma.

El gobernador Rey reveló que las víctimas no eran solo una familia de vacaciones, sino que supuestamente pertenecían a una peligrosa banda delincuencial conocida como ‘Los Avatars’. El modus operandi de esta banda era particularmente audaz y engañoso.

“Lo que hacían era que simulaban pertenecer a la Policía para robar fincas y apartamentos en diferentes zonas de Cundinamarca y Bogotá”, explicó el gobernador, añadiendo que “ya habían sido procesados por ese delito y habían pagado con cárcel”.

A pesar de haber cumplido sus condenas, las víctimas se encontraban en libertad desarrollando actividades en Bogotá y, según las autoridades, “en este momento se encontraban en actividades comerciales en San Andresito”.

Reacción y primeras pistas: ni guerrilla, ni turistas

Por otra parte, el alcalde del municipio, Diego Andrés López Suárez, fue enfático al aclarar la situación con las víctimas de la masacre. “Primero que todo, no son turistas, son personas que vivían ahí en el negocio de la piscina”, expresó.

Esta declaración desmintió la primera impresión de que se trataba de visitantes o extranjeros, confirmando que las víctimas eran residentes permanentes en la finca.

Mientras tanto, la Policía de Cundinamarca implementó un “candado” en la zona, utilizando cámaras de vigilancia y labores de investigación criminal para dar con el paradero de los responsables.

El coronel Mauricio Herrera, comandante del Departamento de Policía de Cundinamarca, compartió la principal línea de investigación. “La Policía de Cundinamarca investiga si la masacre podría estar relacionada con un tipo de retaliación hacia la familia, que al parecer tendría algún tipo de conflicto en Bogotá”, indicó.

Por su parte, el gobernador Rey descartó que la masacre fuera obra de grupos armados o disidencias, asegurando que “este crimen no tiene nada que ver con presencia de grupos armados organizados o disidencias en este territorio”.

De acuerdo con el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), este atroz hecho se sumó a la lista de masacres en Colombia, siendo la número 48 reportada en lo que va del año en el país.

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