Donovan nunca se rindió y hoy lidera ofensiva colombiana en Grandes Ligas
La estadística que lleva Donovan Solano en apenas ocho días de competencias en Grandes Ligas es bárbara. Y es ella la que manda y habla por los beisbolistas.
No en vano es hoy el mejor pelotero colombiano y el tercero, por cifras, de los Gigantes de San Francisco, escuadra para la que juega desde 2019.
Y eso que no ha jugado todos los partidos completos (y en uno de los seis que lleva su equipo no actuó). Su manager, Gabe Kapler, lo pone, por lo general, a cerrar partidos en calidad de emergente.
Seis imparables (cuando un bateador conecta la pelota enviada por el lanzador y llega a la primera base), un doble (cuando le alcanza para pisar la segunda), un cuadrangular (saca la bola del estadio y da todo el recorrido al diamante hasta llegar al sitio donde bateó), dos carreras y lo que es más importante para un equipo: 7 carreras impulsadas (es decir que con sus batazos ha empujado a otros compañeros que estaban en circulación de las bases) y un promedio sensacional de .400 (es el índice de hits por cada turno que registra en los partidos).
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El “Soli”, como se le llama en el dugout (camerino), tiene un inicio de temporada singular, pues nunca desde que debutó en 2012 jugando para los Marlins en las Mayores (como se denomina el campeonato), lo había alcanzado.
La actuación más brillante hasta ahora en la temporada que corre en Estados Unidos la protagonizó en un juego ante los Padres de San Diego que se extendió hasta la madrugada de ayer al sacudir la pelota y enviarla fuera del estadio por el jardín izquierdo consumiendo su turno en la parte baja del octavo inning y cuando la novena gigante perdía por tres carreras. Ese choque de bola condujo a Solano y a dos compañeros más a igualar el partido 6-6. Posteriormente, Gigantes marcó la carrera del gane 7-6.
Es rendidor
“No ha tenido tanta prensa como Urshela, pero es un pelotero rendidor cuando es llamado a jugar. Tiene experiencia y demuestra condiciones para actuar indistintamente en varias posiciones del campo”.
Esta apreciación de Raúl Porto Cabrales, historiador, escritor y amplio conocedor del tema, confirma que el barranquillero de 32 años de edad le está sacando jugo a su veteranía. “Se viene acomodando bien y responde a la ofensiva”.
Distinguido con el número 7 en su espalda, Solano viene jugando como antesalista (tercera base), aunque también se desempeña como campocorto o segunda base y completa su séptima campaña desde 2012 (militando en los Marlins hasta 2016 y luego con los Yanquis, siendo el primer colombiano en jugar con esta franquicia).
Su labor en la Gran Carpa solo fue interrumpida entre 2016 y 2017 por varias lesiones que lo sacaron de la competencia al ser enviado a divisiones menores.
Ese par de temporadas le sirvieron para confirmar que está hecho de roble fino, nunca se amilanó, ni cuando en Barranquilla decían sus detractores que ya estaba viejo y debía retirarse. Nunca se rindió.
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No obstante, el año pasado, cuando se convirtió en agente libre, fue rescatado por la organización de los Gigantes, novena en la que está demostrando que debe estar en el roster titular. Su promedio de por vida (.270) es muy bueno, con 1298 veces al bate en 456 juegos, con 351 hits y 129 carreras impulsadas.
Este año su carrera va de la mano de la constancia y la disciplina para consolidarse como un verdadero gigante.
La presencia colombiana
-Gio Urshela no tuvo imparables pero sí una base por bolas y una carrera anotada en el más reciente juego (Yanquis 9-Orioles 3).
-Óscar Mercado (Indios) tampoco ha tenido un buen arranque. En el juego pasado se fue en blanco en 3 turnos en caída ante Medias Blancas, 4-0.
-Los lanzadores Julio Teherán (reportado con covid) y José Quintana (lesionado) ya trabajan con Angelinos y Cachorros y podrían tener acción la otra semana.
-Marlins (Jorge Alfaro y Harold Ramírez, entre los 19 positivos de covid) sigue en cuarentena y con calendario de juegos bien embolatado.