Insólito error médico hizo que mujer gestara un bebé distinto al que había planeado
El hecho quedó al descubierto cuando el niño que nació, producto de una fertilización, no tuviera las características que la pareja había solicitado.
Una historia de “no te lo puedo creer” le pasó a una pareja en Australia. Resulta que una clínica de fertilización in vitro en ese país mantuvo en secreto durante más de una década un error que cambió por completo la experiencia de esa familia. El incidente, ocurrido en 2014 en Brisbane, recién fue revelado gracias a una investigación periodística.
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La pareja de casado había elegido con todo el cuidado un donante de esperma que tuviera rasgos caucásicos —ojos azules y cabello claro— para que el bebé se pareciera a su padre. Sin embargo, al nacer, el niño presentó características físicas que no coincidían con las expectativas. Esto despertó sospechas en los padres.
Pues bien, el origen de esta situación se rastreó en un banco de esperma en Estados Unidos. Una tarde de ese año, dos donantes —uno caucásico y otro afroamericano— entregaron sus muestras y por fallos en los controles del lugar, se etiquetó incorrectamente una de las jeringas y terminó es una confusión.
Ante esto, la clínica, en vez de reconocer su falla, optó por ofrecerle a la pareja un acuerdo con cláusula de confidencialidad y una compensación económica, pero no les brindó acompañamiento psicológico o seguimiento a semejante equivocación.
Y para colmo de males, el episodio nunca fue reportado ante el Comité de Acreditación de Tecnología Reproductiva (RTAC), el ente regulador en Australia. Cuando los periodistas que hicieron la investigación contactaron a este organismo, confirmaron no tener conocimiento de ese caso.
Este caso generó preocupación porque puso en evidencia, según expertos, la fragilidad de la confianza depositada por las personas en clínicas de reproducción asistida. “Depositas tu fe en que todo esté bien. No debería haber lugar para equivocaciones”, dijo al respecto una amiga de la familia.
Además de este caso se han presentado casos similares en otro ámbito de la fertilización in vitro. Por ejemplo, en 2025, Monash IVF —una de las clínicas más grandes de Australia— reconoció un error humano que provocó que una mujer diera a luz a un bebé genéticamente distinto al suyo. El fallo fue descubierto luego de que se detectara un embrión extra en almacenamiento luego del nacimiento.
“Aunque gran parte de la industria está financiada por los contribuyentes, no tenemos forma de saber con qué frecuencia ocurren errores ni cómo se previenen”, expresó a los periodistas que revelaron el caso la investigadora y experta en salud reproductiva, Karin Hammarberg.
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