Joven de 15 años casi pierde un riñón por unos tubos que médicos olvidaron retirarle después de una cirugía
El hospital niega haber incurrido en un error médico y argumenta que se trató de una complicación inevitable durante la cirugía.
En Moscú, Rusia, un adolescente de 15 años, identificado como Maxim, fue sometido a una cirugía en el Centro Médico Europeo para corregir un problema renal que le generaba reflujo de orina. Durante el procedimiento, los médicos conectaron su uréter a la vejiga y retiraron un tubo de drenaje un mes después.
Horas después de la operación, el joven presentó dolor intenso en el costado y un aumento repentino de la presión arterial. Según el testimonio de la madre, el personal médico restó importancia a los síntomas y autorizó el alta hospitalaria para continuar con el tratamiento en casa.
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El dolor no cedió con el paso de las semanas. Por el contrario, se intensificó hasta el punto de impedirle asistir a la escuela y llevar una vida normal. La familia acudió nuevamente a la misma clínica, donde se le practicó un nuevo procedimiento de drenaje.
Sin embargo, la condición del joven no mejoró.
La madre decidió trasladarlo a otro hospital de Moscú en busca de una segunda opinión. Allí, los médicos hallaron que todavía tenía tubos olvidados en el interior de su sistema renal, lo que había provocado la obstrucción y el deterioro del órgano.
¿Qué fue lo que pasó?
Los especialistas del nuevo hospital confirmaron que los tubos no habían sido retirados tras la primera cirugía. Esa complicación bloqueó por completo el uréter del adolescente e impidió que el riñón eliminara los desechos durante varios meses.
El diagnóstico fue contundente: el riñón había colapsado y se produjo una explosión interna debido a la presión acumulada por la presencia de esos objetos que permanecieron en el cuerpo del paciente por un tiempo.
Actualmente, Maxim enfrenta un pronóstico complejo. Necesita medicamentos permanentes para la presión arterial y los médicos advierten que podría requerir un trasplante de riñón en el futuro. El impacto en su salud ha sido severo, al punto de impedirle continuar con sus estudios.
Las demandas presentadas por ambas partes
La madre indicó que había pagado cerca de 3 millones de rublos (140 millones de pesos colombianos) para cubrir los gastos médicos iniciales. Tras el agravamiento de la salud de su hijo, contrató un abogado para formalizar la reclamación judicial.
Ante esta situación, la madre del adolescente interpuso una demanda contra el Centro Médico Europeo. En el documento legal exige una compensación de 100 millones de rublos (más de cuatro mil millones de pesos colombianos), por daños físicos, emocionales y económicos.
Por su parte, el Centro Médico Europeo (EMC) ha rechazado las acusaciones de negligencia. En un comunicado citado por medios locales, la institución aseguró que la primera operación se realizó de acuerdo con los protocolos médicos y que el paciente fue dado de alta con mejoría.
El hospital también señaló que la madre fue informada de la situación, pero decidió continuar el tratamiento en otro centro médico. Con base en esta versión, el EMC inició una contrademanda contra la familia por costos pendientes de pago.
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