Medellín

Así fue cómo ocurrió el accidente de la avioneta en el barrio Estadio, Medellín

Se filtraron los audios antes de la emergencia. Los dos ocupantes de la aeronave están en UCI en dos hospitales.

Comunicador social de la Universidad Católica Luis Amigó. Trabajé como periodista en Qhubo y El Mundo. Apasionado por los deportes, las estadísticas, los temas judiciales y de movilidad. Un curioso por buscar los detalles de la noticia.

16 de agosto de 2025

En el Atanasio Girardot tenía planeado aterrizar la avioneta accidentada en la tarde del viernes en el barrio Estadio, de Medellín, debido a las fallas mecánicas que se registraron y que provocaron que se cayera en un parque de este sector del occidente de la capital antioqueña.

Las dos personas lesionadas en este hecho se recuperan en dos centros asistenciales de Medellín. Actualmente, se encuentran en UCI por la gravedad de sus lesiones.

La intención de aterrizar en el escenario deportivo se conoció luego de que se filtrara el último diálogo antes del accidente entre la torre de control y el piloto de la aeronave con matrícula HJ 428, de la empresa JCML S.A.S, que realiza vuelos privados.

Al inicio de la conversación, el piloto, identificado como Juan Camilo Mejía Lalinde, de 63 años, le reportó a la controladora: “Tengo problemas con el motor, ¿me autoriza la 2:0 (permiso de aterrizar por el costado de Belén Rosales del aeropuerto)?”.

Ante el reporte de la eventualidad, surgido por una falla en el motor de esta aeronave, una Ibis GS-700 Magic, monomotor, la controladora le respondió al piloto: “Aprobado, autorizado aterrizar”.

Al ver que las fallas mecánicas le iban a impedir llegar al aeropuerto Olaya Herrera para lograr este aterrizaje prioritario, Mejía le informó a la controladora que iba a usar como zona de aterrizaje de emergencia la cancha del estadio Atanasio Girardot, argumentando que era el espacio abierto y más seguro para realizar la maniobra.

“Torre, no voy a alcanzar a llegar a la pista. Me voy a meter al estadio”, expresó el piloto Mejía a la controladora, quien de inmediato le respondió: “¿En el estadio? Quedo atenta a la frecuencia para cualquier información”.

Este fue el último mensaje que entregó el piloto, puesto que segundos después terminó estrellándose en un parque, en la calle 47 con la carrera 72, el cual se encontraba solitario a eso de las 3:25 p.m. del viernes, cuando ocurrió la emergencia.

Estado de salud

Luego de este accidente, además del piloto Mejía, también resultó lesionada su esposa, María Eugenia Mejía, de 61 años; sufrieron múltiples traumatismos como consecuencia del impacto. La maniobra del piloto evitó que resultaran impactados vehículos o personas, por lo que no hubo más afectados.

Luis Carlos Areiza, ventero ambulante del sector, explicó que “se sintió un estruendo, como si se estrellaran dos camiones grandes. Cuando al momentico, escuché que se había estrellado un avión y de una corrí”.

Este hombre aseguró que alcanzó a ver a los dos ocupantes de la aeronave con vida e intentó socorrerlos antes de que las autoridades pusieran el acordonamiento para aislar la zona de la emergencia.

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“Alcancé a ver los dos ocupantes de la avioneta y la señora estaba malherida junto al señor. Yo alcancé a verlos y alcancé pues a grabarles un videíto, donde se veían las dos personas malheridas. Realmente la gente que los estaba socorriendo les decía con voz de aliento que no se fueran, que se quedaran aquí”, expresó.

Finalmente, personal de la Secretaría de Salud de Medellín, con apoyo de los bomberos, rescató a las dos personas que viajaban en este avión ligero y las trasladó de urgencia a centros asistenciales.

Al piloto Juan Camilo lo llevaron a la Clínica Las Américas con lesiones en la cabeza y el pecho. Según trascendió, se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos, pero su recuperación avanza satisfactoriamente.

La situación de la pasajera, quien viajaba desde Tolú, Sucre, hacia Medellín, sí es más crítica. Se encontraría en coma inducido en la Clínica CES, debido a los traumatismos que sufrió en la cara y algunas partes de su cuerpo.

Los delincuentes no perdonan

En medio del caos, los dos afectados por este accidente fueron víctimas de los ladrones, que quienes en lugar de socorrerlos, aprovecharon para saquearlos y hurtarles sus pertenencias como teléfonos celulares y joyas.

Un vecino del sector explicó que en el parque donde ocurrió la emergencia suelen estar presentes personas consumiendo drogas y algunos integrantes de una barra de fútbol, quienes aprovechan el espacio para esconder armas blancas y estupefacientes.

“Qué triste lo que pasó con la avioneta, ya que vivo muy cerca del lugar de los hechos y he transitado toda mi vida por ahí. Ese parque es un sector maluco, porque se ven varias personas consumiendo marihuana y otras situaciones que generan miedo en ese lugar, y fue triste ver que personas que sufrieron un accidente sean robadas y la misma comunidad no diga nada por miedo”, relató un vecino del sector a EL COLOMBIANO.

Las investigaciones

Con las partes de la aeronave siniestrada, desde la Aeronáutica Civil (Aerocivl) anunciaron que harán las investigaciones para establecer plenamente qué ocurrió, aunque la primera hipótesis que se menciona es una falla en el motor.

Desde la Dirección Técnica de Investigación de Accidentes (Diacc) se informó que “la aeronave HJ 428 presentó una falla en vuelo e intentó un aterrizaje de emergencia en el departamento de Antioquia, en ruta hacia el aeropuerto Olaya Herrera, de Medellín”.

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Este organismo es el que se encarga de realizar los análisis forenses de cada uno de los siniestros aéreos que se registran para dar claridad de lo sucedido y con base en las conclusiones que se emiten, realizar los correctivos correspondientes.

La aeronave había despegado desde el aeropuerto Golfo de Morrosquillo, de Tolú, a la 1:11 p.m. del viernes y tenía previsto aterrizar en el terminal aéreo de Medellín a las 2:55 p.m., aunque las fallas mecánicas ya habían causado un retraso en la llegada.

Entre las evaluaciones realizadas con esta aeronave se conoció que estaba matriculada desde el 20 de octubre de 2015 bajo el número de certificado R0006483.

Su operación la realizaba de manera normal, puesto que no tenía suspensiones vigentes por parte de las autoridades aeronáuticas nacionales e internacionales.

En cuanto a la referencia de la aeronave siniestrada, es de fabricación colombiana, ya que es diseñada por la empresa Ibis Aircraft, que tiene sede en Cali, Valle del Cauca, y es desarrollada con base en las normativas para aeronaves deportivas ligeras.

La referencia GS-700 tiene un peso bruto de 700 kilogramos y puede ser acoplado con alerones y slats de borde de ataque. Cuenta con la certificación australiana RA-Aus, que determina que cumple con la normatividad necesaria para poder ser comercializada.

En lo que concierne a la empresa que operaba esta aeronave, JCML S.A.S. fue constituida por el piloto Mejía Lalinde en el 2011 con un capital autorizado de $100 millones y con recursos iniciales por $1 millón. Actualmente cuenta con un patrimonio de un poco más de $3 millones.