¿Qué pasará con los micronegocios si se aprueba la reforma laboral? Esto propone el artículo 36 sobre el trabajo parcial
Más de 5 millones de micronegocios podrían verse impactados por la reforma laboral. El artículo 36 busca formalizarlos con aportes parciales a seguridad social.
Periodista de EL COLOMBIANO.
El Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario le puso la lupa a un actor clave y olvidado del mercado laboral colombiano: los micronegocios, en medio del debate de la reforma laboral que cursa debate en plenaria del Senado.
Su más reciente informe, titulado “Una mirada a los micronegocios en el escenario laboral de Colombia”, analiza el impacto del artículo 36 de la laboral que está a un paso en el Congreso, el cual plantea una solución intermedia para enfrentar la informalidad: permitir aportes parciales a la seguridad social.
¿A quiénes beneficiaría esto? A pequeños negocios del sector hotelero, bares, restaurantes, agricultura, transporte y turismo. Estos concentran más del 50% de los micronegocios del país.
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Contratos temporales y aportes mínimos: la regla
En Colombia existen más de 5,1 millones de micronegocios, definidos como empresas con hasta nueve empleados. Son fundamentales para el empleo, pero en su mayoría operan en la informalidad.
Solo el 12,8% tiene RUT o está registrado en cámara de comercio, cifra que en sectores como agricultura o servicios de comida es aún más baja.
El sector comercio lidera en número con más de 1,3 millones de unidades (25,5%) y en aporte al valor agregado (30,1%). Le siguen la agricultura (21,1%) y el alojamiento y servicios de comida (8%).
Uno de los problemas estructurales es que los trabajadores de micronegocios tienen contratos predominantemente temporales. En agricultura, el 91,7% de los contratos son por tiempo definido. En comercio, la cifra es del 71,1%, y en alojamiento, del 84,6%.
Además, el nivel de cotización a pensión y salud es bajísimo: solo el 1,6% de los dueños en agricultura y el 11,8% en otros sectores lo hace. Esto refleja una fuerte exclusión del sistema de protección social.
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El artículo 36: ¿una solución o un riesgo?
Aunque no se generan grandes utilidades, los micronegocios apenas logran cubrir los gastos de personal. Por cada peso que recibe un trabajador, 77 centavos se van en costos salariales, detalla el informe del observatorio.
La productividad varía: el comercio aporta en promedio $2,3 millones al valor agregado por trabajador, mientras que en agricultura esta cifra cae a $876.529.
El artículo 36 de la reforma laboral busca formalizar sin ahogar. Permitiría que estos pequeños negocios aporten parcialmente a la seguridad social, reconociendo su capacidad limitada, se lee en el documento del observatorio
Asimismo, dicho observatorio señala que la medida es prometedora, pero insuficiente si no se acompaña de acceso a crédito, capacitación, simplificación de trámites y medidas para cerrar brechas de género, especialmente en el campo.
¿Y qué dicen los expertos?
Juliana Morad Acero, directora del Departamento de Derecho Laboral y del Observatorio Laboral de la Pontificia Universidad Javeriana, le salió al paso a las críticas sobre el trabajo por horas y las nuevas propuestas contenidas en la reforma laboral.
Asegura que no se trata de una figura nueva ni ilegal, sino de una posibilidad ya contemplada en el Código Sustantivo del Trabajo.
“Lo primero es entender que el trabajo por horas o tiempo parcial ya está previsto en la legislación colombiana. La jornada se establece en horas y con un tope máximo. Eso significa que es perfectamente posible trabajar por debajo de ese umbral”, explicó Morad.
Recordó que actualmente la jornada máxima es de 44 horas semanales y que bajará a 42 el próximo año. “Estas pueden distribuirse en cinco o seis días sin que haya lugar al pago de recargos ni horas extras. Eso ya lo dice la ley, no es una innovación de la reforma”, aclaró.
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Desde el Observatorio Laboral de la Javeriana, Morad lideró una propuesta para facilitar la contratación formal sin que esto implique precarizar. Su idea es no limitar los beneficios de la reforma al trabajo parcial, precisamente para no incentivar que las empresas migren a ese tipo de contratación como una vía para reducir cargas.
“Lo que queríamos era liberar presión sobre los empleadores y fomentar la contratación formal. Uno de los principales obstáculos en Colombia es el manejo complejo de la nómina. En muchos países los pagos son mensuales. Aquí hay que consignar cesantías en enero, pagar primas en junio y diciembre... y eso complica todo”, indicó.
Por eso, el Observatorio de la Javeriana propuso permitir, por acuerdo entre empleador y trabajador, la mensualización de pagos como las cesantías y las primas.
Esto, en su criterio, aliviaría la carga financiera y generaría rendimientos desde el primer mes para los trabajadores, al estar los recursos en fondos que devengan intereses.
Sin embargo, criticó que el Partido Conservador modificara la propuesta original y abriera la puerta a pagar las cesantías directamente al trabajador, lo cual, advirtió, “desnaturaliza completamente su propósito”.
“No estamos de acuerdo con eso. Las cesantías deben mantenerse como una forma de ahorro, no convertirse en un salario adicional anticipado”, dijo Morad.
Frente al rechazo de los sindicatos, la académica fue enfática: “Es una oposición sin fundamento jurídico. Estas figuras ya existen. Lo que queremos es aplicarlas bien, con enfoque universal, no solo para trabajo parcial. Si solo se permite en ese caso, las empresas se van a inclinar por contratar menos horas para evitar cargas, y eso es lo que no queremos”.
Morad concluyó que aplicar el artículo 36 de forma generalizada, junto con otras medidas de formalización, puede ser una vía realista y útil para mejorar las condiciones laborales sin poner en riesgo los micronegocios.
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