Conozca los mejores consejos de inversión del magnate Warren Buffett en sus cartas anuales
El poderoso inversionista de grandes empresas industriales gringas habla de finanzas en un tono divertido, citando actrices, jugadores de béisbol y hasta a su hermana en las cartas anuales.
El magnate Warren Buffett, conocido como el “oráculo de Omaha”, firmó este año la carta que desde hace décadas comparte y se considera un icónico documento de inversión y cultura financiera.
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Allí, Buffett rinde un homenaje a Charle Munger, quien fuera uno de sus amigos cercanos y socio en el mundo de los negocios en Berkshire Hathaway. Así mismo, aprovecha para ilustrar lo que está viendo y se aproxima en materia de inversiones.
“Con un tono amable y, sobre todo, divertido. Este año ha citado a su hermana, y en ocasiones anteriores a jugadores de béisbol, actrices, canciones country e, incluso, la Biblia”, describe el diario Expansión.
Así mismo, ese medio recopiló las grandes lecciones de las cartas de Buffett a lo largo de los años, que fueron divulgadas por The Wall Street Journal:
1982: Pocos milagros
“Los inversores siempre pueden comprar sapos al precio que valen los sapos. Si, en cambio, financian a princesas que desean pagar el doble por el derecho a besar al sapo, más vale que esos besos contengan auténtica dinamita. Hemos visto muchos besos, pero muy pocos milagros”.
1987: Brotes de contagio
“En la comunidad inversora siempre habrá brotes ocasionales de esas dos enfermedades súper contagiosas que son el miedo y la codicia. El calendario de estas epidemias será impredecible. Y las aberraciones del mercado producidas por ellas serán igualmente impredecibles, tanto en duración como en grado. Nunca tratamos de anticipar la llegada o la partida de ninguna de estas enfermedades. Nuestro objetivo es más modesto: intentamos ser temerosos cuando los demás son codiciosos y ser codiciosos solo cuando los demás son temerosos”.
1992: Terreno de juego
“Al invertir, al igual que en el béisbol, para contar carreras en el marcador hay que mirar el terreno de juego, no el contador.”
1993: Baja la marea
“El huracán Andrew destruyó pequeñas aseguradoras y despertó a algunas compañías más grandes para que se dieran cuenta de que su protección de reaseguro contra catástrofes estaba lejos de ser adecuada. Solo cuando baja la marea se sabe quién ha estado nadando desnudo”.
2000: ‘Mea culpa’
“Hasta el inspector Clouseau podría encontrar al culpable del año pasado: el presidente. Lo que más nos perjudicó el año fue el bajo rendimiento de la cartera de acciones de Berkshire, y la responsabilidad de esa cartera, dejando de lado la pequeña parte liderada por Lou Simpson, de Geico, es enteramente mía”.
2006: Prosperidad
“Ha sido fácil para Berkshire y otros propietarios de acciones americanas prosperar. Entre el 31 de diciembre de 1899 y el 31 de diciembre de 1999, por poner un ejemplo a muy largo plazo, el Dow Jones pasó de 66 a 11.497... Esta enorme subida se produjo por una sencilla razón: a lo largo del siglo, las empresas estadounidenses lo hicieron extraordinariamente bien y los inversores se subieron a la ola de su prosperidad”.
2012: Pensar en el precio
“La primera ley de la asignación de capital -tanto si se destina a adquisiciones como a recompras de acciones- es que lo que es inteligente a un precio es tonto a otro”.
2012: El sabio y el tonto
“En los últimos 15 años, tanto las acciones de Internet como las viviendas han demostrado los extraordinarios excesos que se pueden crear al combinar una tesis inicialmente sensata con la promesa de unos precios al alza. Pero las burbujas que crecen lo suficiente explotan inevitablemente. Y se confirma una vez más el viejo proverbio: Lo que el sabio hace al principio, el tonto lo hace al final”.
2017: Chaparrón de oro
“Charlie y yo no tenemos un plan mágico, salvo soñar a lo grande y estar preparados mental y financieramente para actuar con rapidez cuando se presenta la oportunidad. Cada década, más o menos, nubes oscuras cubren los cielos económicos, y llueve oro brevemente. Cuando se producen estos chaparrones, es imperativo que nos apresuremos a salir al exterior con cubos, no con cucharillas”.