Columnistas

DEMOCRACIA CONTRA EL ENGAÑO

22 de octubre de 2016

Un paisa se tomó la palabra para descrestar a sus amigos diciendo en una reunión que el matrimonio para él era una bendición de Dios, pues el vínculo conyugal era el freno que lo conducía por el buen camino, llevando un buen comportamiento.

Cierto día, uno de los amigos que lo había escuchado se lo encontró bebiendo y acompañado de una damisela de las de cuatro en conducta, como las llamaba el doctor Jaime Sanín.

--Oiste Argiro, ¿para vos no dizque el matrimonio era un freno para el buen comportamiento?

--Si hombre, pero es que cuando yo monto a caballo, le pongo el freno, pero cuando le doy de beber se lo quito.

Yo no diría que el matrimonio se pueda comparar con un freno, porque lo que de verdad nos lleva al buen comportamiento es el amor por la pareja y los hijos, pero la democracia sí es un freno para el engaño de los gobiernos dictatoriales y opresores.

Se ha dicho que la democracia no es el mejor sistema de gobierno, pero sí es el menos malo. Miremos para consolarnos, cómo han fracasado las dictaduras comunistas de la Cortina de Hierro, la cubana con medio siglo de miseria y sin opinión, la corrupción en Argentina con los Kirchners, en Brasil con Lulla y su candidata destituida por corrupta, Nicaragua con la oposición perseguida y Venezuela con dos gobiernos corruptos que le niegan a la mayoría el derecho de autogobernarse.

En Colombia, aún tenemos democracia y el pueblo en su sabiduría y a pesar de la maquinaria oficial del Gobierno con todo su poder y dinero, sumado a la ayuda de gobiernos de izquierda simpatizantes con la guerrilla comunista, con una dirigencia política colombiana agachada ante la “mermelada” clientelista y corrupta; ese pueblo pensante ganó un plebiscito votando no al acuerdo pactado a sus espaldas entre un gobernante mentiroso y una guerrilla semivencida, pero ávida de poder.

Ese resultado del plebiscito se tiene que respetar, pues la opinión favorable que nos mereció el premio Nobel de la paz, reconocido galardón internacional, no aceptaría un horrible desprestigio si la soberbia de los perdedores de las elecciones: Gobierno y Farc, los llevara a ignorar el resultado de las urnas. Eso no lo perdonaría la opinión internacional.

La frase de que “se puede engañar a una persona una vez, a varias personas varias veces, pero no se podrá engañar a todas las personas todas la veces”, se acaba de cumplir en Colombia, y eso se logró con el resultado del plebiscito, herramienta de la democracia. Así que respétenla. No nos pueden engañar, cuando tenemos a un Dios amoroso y todopoderoso protegiéndonos y a un pueblo consciente de su poder electoral.

Ñapa: Si Antioquia despertó algunas reacciones contrarias en las redes sociales, por los resultados del no, en nuestro territorio, sepan que esos mismos resultados me hacen sentir orgulloso de mi pueblo. Lamento que tanto el gobernador, como algunos alcaldes amigos hubieran hecho campaña por el sí. No me gusta ganarles a mis amigos, pero siento como un gustico interior que no puedo ni quiero ocultar.