Emolumento
Su estado y el tiempo exigen limpieza y reparaciones, hace casi 20 años que este edificio patrimonial no recibía mantenimiento en su fachada, desde esta semana parte del frontis del Museo de Antioquia estará cubierto, se trata de evitar que se presenten desprendimientos y realizar un lavado que lo preserve unos años más, la escena es extraña, la estética del edificio se transforma y los andamios serán el elemento visual que protagonice las fotos de miles de turista; primero el patrimonio.
Mientras tanto y seguramente por un mantenimiento deficiente, en la iglesia de la Santa Cruz en Florencia, Italia, un fragmento de mármol se desprendió en su interior desde treinta metros de altura y mató a un turista. Italia, España, Grecia y Portugal atesoran el 13 % de los lugares declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. En Roma, debido a la vibración de los automóviles el Coliseo se inclinó cuarenta centímetros, “O los monumentos o los automóviles”, sentenció hace ya muchos años Giulio Carlo Argan, reconocido historiador del arte fallecido en 1992. Al rescate de ese patrimonio ayudó una compañía de calzado, así como el de la Fontana di Trevi fue patrocinado por Fendi, icónica marca de marroquinería y peletería.
Esta semana otro tema patrimonial fue noticia, el Tesoro Quimbaya donado a España en 1893 por el presidente Carlos Holguín, debe regresar al país, dice la noticia que “a través de una tutela, Antonio José Rengifo, abogado y profesor de Derecho Internacional de la Universidad Nacional y otros académicos acudieron a las vías jurídicas para lograr la recuperación de las piezas. El alto tribunal acaba de darle la razón ... la Corte Constitucional ordena a la Cancillería colombiana que active todos los mecanismos diplomáticos necesarios con España para su recuperación”. La orden no será nada fácil de cumplir, miles de tesoros saqueados, de dudoso origen o donados se encuentran lejos de sus países de origen, no se trata solo de la ley.
En Cartagena, ciudad declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1985, unos promotores antioqueños construyen cinco torres de 30 pisos cada una, estas amenazan la visibilidad del Castillo de San Felipe de Barajas. Contrario a Roma, aquí está primero el cemento que el monumento; Alberto Escobar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, afirma que “este proyecto está por fuera del área de influencia (200 metros de distancia del Castillo de San Felipe) y, por esta razón, los permisos no fueron al Ministerio de Cultura. Nos enteramos cuando ya el proyecto tenía licencia de construcción y estamos tomando las medidas pertinentes”. A los desarrolladores los ampara la ley, el proyecto cuenta con permisos y licencias, pero más que la ley, es la ética, esa es la que los debió haber invitado a preguntarse antes de proyectarlos, qué era más importante para Cartagena y el país, el conservar su carácter de Patrimonio de la Humanidad obtenido después de largos procesos y mucho dinero, o el engordar sus cuentas bancarias a costa de este. Cartagena corre el riesgo de perder su declaratoria, afortunados los propietarios de esta VIS con su privilegiada vista hacia el Castillo, cualquiera los envidia, lo que se lamenta es que para tantos, primero esté el emolumento que cualquier monumento.