PERSECUCIÓN POLÍTICA Y LA PESTE
Don Samuel de Jota Cano tenía una linda finquita a la orilla del río Tonusco en la ciudad de Santa Fe de Antioquia. Gratos recuerdos y pasatiempos le quedaron a don Samuel, mi profesor y gran amigo, años después de haber sido director de la Escuela Luciano Carvalho, en Sopetrán.
Y digo que le quedaron gratos recuerdos, porque el bendito río Tonusco se fue llevando la tierra de don Samuel y en cada creciente se le llevaba un tajo, hasta que no le quedó ni dónde colgar una hamaca.
Cierto día, le dio al profesor e historiador por ir a su tierra, o lo que aún le quedaba y se sentó a la orilla del río, con una botella de Candela, (aguardiente destilado al escondido del Gobierno en las playas calentanas). Don Samuel, entre trago y trago, recordaba su finca con árboles frutales hasta que le dio la sentimental y con lágrimas en los ojos sacó de su portafolios las escrituras arrugadas de su propiedad y las lanzó al río:
--Ya te llevaste mi tierra río H.P. llevate también las escrituras que a mí ya no me sirven.
Las buenas relaciones que había entre el Gobierno colombiano y los ganaderos afiliados a la Federación, al Fondo del Ganado y en general a las distintas asociaciones ganaderas con sus especialidades de ganados lechero, o doble propósito, ceba, Asocebú, Colanta, los fondos ganaderos las subastas ganaderas etc., y el Gobierno por su parte, con el Ministerio de Agricultura, el Ica y sus controles e incentivos, produjeron excelentes resultados y Colombia se convirtió en un gran productor de ganado de exportación en pie y en canal.
Pero vino la persecución política y por los ataques del Gobierno al doctor Lafouri y al Fondo del Ganado, se acabaron las financiaciones de vacunación a los ganaderos y por supuesto los controles de vacunas y vea en lo que estamos por la peste aftosa. Centenares de reses enfermas, sacrificadas para evitar el contagio. Extensas zonas ganaderas en cuarentena por lo mismo. Miles de toneladas de carne en canal devueltas por temor a la peste. Las pérdidas que vamos a sufrir, ni sospechamos todavía. Que el Señor nos ampare. El desestímulo y los precios bajos de la carne. El miedo a la inversión ganadera.
¿Adónde lanzamos las escrituras?
ÑAPA. La concejala de Medellín, María Paulina Aguinaga se ha destacado por sus investigaciones a funcionarios de Empresas Públicas y ha demostrado con sus debates de control político que no hay cosas muy claras en la poderosa empresa. Primero fue con las inversiones en Antofagasta, Chile. Y ahora con el convenio para la construcción de la PTAR en Bello, que se debió terminar por la Hyundai, empresa de ingeniería coreana, hace 28 meses y ahora el gerente de EPM le aumenta los plazos hasta julio 30 del 2017 ¿Qué pasó? ¿Por qué los reclamos de la interventoría no se han escuchado? Bien por la concejala María Paulina Aguinaga, mi paisana.