Ciudadanos se unen en redes sociales por la seguridad urbana
El fácil acceso a internet, más la posibilidad del anonimato, han animado a las personas a denunciar en comunidades virtuales a quienes los amedrentan. La Policía toma atenta nota.
Comunicadora Social-Periodista de la UPB. Periodista de Interacción y Comunidades
Ubicar a personas desaparecidas, encontrar motos robadas, describir cómo se mueve el crimen organizado y desenmascarar a quien roba, extorsiona, viola o mata. Con alguno de estos objetivos se han creado comunidades de ciudadanos que, a través de redes sociales y foros virtuales, conforman una red de informantes que está en contra de la inseguridad.
En el Valle de Aburrá existe desde hace seis años el grupo de Facebook llamado “Motos robadas y encontradas”, que hoy tiene 41.500 miembros. Su actual y principal administrador, Rolando Plazas, a quien no le interesa el anonimato y muestra públicamente en internet que hace parte de esta comunidad, cuenta que iniciaron como un grupo de ‘moteros’ cansados de los robos, pero que con el tiempo se ha ampliado el espectro y ya reciben denuncias de robos de carros, bandas que se dedican a la extorsión y toda clase de delitos.
De lunes a jueves recibe entre 350 y 400 mensajes. Los viernes por la tarde y los fines de semana baja la actividad. “Obviamente no todas se pueden publicar en el grupo”.
El paso que decidió dar Plazas cuando se apersonó de la administración de este grupo fue empezar a gestionarlas. “Al principio era un grupo de chismes, pero empezamos a darles trámite a las denuncias: informamos a la Policía y establecimos comunicación permanente con gente de la institución manteniendo la independencia; si hay que interponer una denuncia en la Fiscalía para que ellos puedan empezar a investigar, nosotros mismos las hacemos”.
Además conformamos una red de informantes que cubre todo el territorio, “son amas de casa, taxistas, comerciantes, personas del común que se dan cuenta de lo que pasa en sus barrios”, explica. Así empezaron a obtener resultados con capturas y recuperaciones de entre cuatro y siete motos a la semana.
El administrador reconoce que gracias a estos resultados el grupo ha adquirido credibilidad y se ha ganado la confianza de las personas, lo que se ve reflejado en el aumento de las denuncias.
El anonimato
Muchas de estas informaciones no llegarían a oídos de las autoridades y de los entes de investigación sin que los ciudadanos tuvieran la posibilidad de enviar mensajes privados o de publicarlos bajo un seudónimo. Esto, más la facilidad para acceder a redes sociales y a foros en internet, ha contribuido a que estos medios sean un canal de información que, incluso, ha permitido el avance de investigaciones.
‘El Inspector’, seudónimo del autor del blog Revelaciones del Bajo Mundo, del Valle de Aburrá, asegura que este espacio se ha convertido en “una especie de comunidad de ciudadanos que hacen denuncias sobre asuntos relacionados con el crimen organizado”.
Cuando abrió este espacio, en 2008, la idea era tener un blog sobre noticias de corte judicial, pero con el paso del tiempo los lectores se convirtieron en protagonistas. “Revelan alias, nombres reales, zonas en las que están delinquiendo, narran el prontuario de los que están amedrentando a su comunidad”, dice El Inspector.
Para él, la gente está ávida por compartir información y por contarles a las autoridades lo que ven en las calles de su barrio. “Sé que ellos ven al foro de comentarios de mi blog como un canal directo para mandarles mensajes a las autoridades, esperando que ellas hagan algo”, concluye.
¿Las autoridades escuchan?
Revelaciones del Bajo Mundo también se ha constituido como una fuente de consulta de las autoridades, según su autor. Este bloguero recuerda que se ha sorprendido algunas veces cuando presencia audiencias en las que los fiscales mencionan un artículo del blog como fuente de información para hacer sus acusaciones.
El Inspector cuenta que “en un momento, una seccional de inteligencia dejó un pin de Black Berry para que los lectores enviaran información. Incluso hay autoridades que me contactan para que les facilite datos, yo les indico dónde buscar dentro del blog”.
Por su parte, el capitán Ángelo Vivas, Jefe del grupo de Investigación de Patrimonio Económico de la Sijín Meval, dice que ellos tienen en cuenta estos grupos y que han sido de gran ayuda en la recolección de información. “Para nosotros es importante conocer a las personas que los administran, tener un rostro nos ayuda a saber si le damos credibilidad o no a su información”, afirma.
Por último, asegura que para estas personas no existe ningún tipo de contribución económica por parte de la Policía por su labor de informantes: “Ellos prestan un servicio social con lo que hacen en estos grupos”.
Cuando las autoridades callan
En el estado mexicano de Tamaulipas, frontera con el estado estadounidense de Texas, se creó en el año 2010 la página de Facebook “Valor Tamaulipas” y la cuenta de Twitter @ValorXTamaulipa, con el objetivo de ayudar a encontrar a las personas que estaban desapareciendo desde los comienzos de la guerra de carteles del narcotráfico en este país.
Estos sitios registran las actividades criminales que se llevan a cabo y son registrados por ciudadanos o por los mismos policías que intervienen, y luego los envían en mensajes privados a los administradores de estas dos cuentas.
Uno de ellos le explicó a EL COLOMBIANO que lanzaron esta iniciativa debido a que “no había comunicación oficial, había un vacío de información que las redes cubrieron con esfuerzos ciudadanos de este tipo”. En respuesta, cuentan que el gobierno del estado negaba los hechos violentos y los atribuía a rumores en las redes sociales.
Sin embargo, el administrador asegura que la información que publican es tan verídica que algunos de sus colaboradores son personas involucradas laboralmente con la Policía.
El pasado marzo los administradores de Valor por Tamaulipas avisaron a sus más de 70 mil seguidores que cerrarían sus cuentas en redes sociales, pero a los pocos días siguieron publicando.
Asegura que aunque esto represente peligro para ellos, “mientras haya ánimo de los colaboradores por ayudar seguiremos en esto (...). Igual el riesgo se encuentra en todos lados, físicos o virtuales”.