Cae meteorito en Georgia y descubren que tiene 20 millones de años más que la Tierra
El hallazgo, confirmado por la Universidad de Georgia, ofrece pistas sobre el origen del sistema solar y evidencia el poder destructivo que pueden tener incluso los fragmentos espaciales más pequeños.
El cielo de Georgia se iluminó en pleno día con un destello fugaz. Un segundo después, un estruendo sacudió una vivienda en McDonough, en el condado de Henry. El techo quedó perforado, el sistema de ventilación destrozado y el suelo con una abolladura profunda, pero entre los restos, el dueño de casa encontró algo que cambiaría la dimensión del incidente: un fragmento de roca procedente del espacio, más viejo que la propia Tierra.
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Ocurrió el 26 de junio y fue visto por distintas personas en varios estados, desde Tennessee hasta las Carolinas, pues como es lógico, la bola de fuego cruzó el cielo a velocidades cósmicas antes de romperse en fragmentos. Uno de ellos, del tamaño de un tomate cherry, atravesó el techo y el piso mencionado antes como si fuera un proyectil de alto calibre. “Hubo suficiente energía como para pulverizar parte del material en polvo”, explicó Robert Scott Harris, geólogo planetario de la Universidad de Georgia (UGA). Incluso días después, el propietario sigue encontrando partículas microscópicas en su sala.
Aunque su masa no superaba los 50 gramos, el meteorito ingresó a la atmósfera a más de un kilómetro por segundo, una velocidad capaz de cubrir diez campos de fútbol en un solo parpadeo, por lo que el choque combinó tres sonidos que el afectado recuerda con precisión: el golpe contra el techo, la explosión sónica y el impacto final contra el suelo.
Una reliquia más antigua que nuestro planeta
Los análisis realizados por la UGA con microscopía óptica y electrónica revelaron que se trata de una condrita ordinaria de bajo contenido metálico, formada hace 4.560 millones de años, unos 20 millones más que la Tierra.
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Según los expertos, proviene del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y sería resultado de una colisión catastrófica ocurrida hace 470 millones de años. Desde entonces, esta roca viajó por el espacio hasta coincidir, millones de años después, con la órbita de nuestro planeta.
El Meteorito de McDonough es el vigesimoséptimo recuperado en Georgia y solo el sexto cuya caída ha sido presenciada. Harris subraya que el estudio de estos objetos es vital para entender el origen del sistema solar y prepararnos ante posibles impactos de mayor magnitud: “Si tenemos la capacidad de protegernos, debemos hacerlo”.
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Parte de sus fragmentos será exhibida en el Museo de Ciencias Tellus, mientras otros permanecerán bajo custodia para investigaciones futuras.