Este tipo de ejercicio podría salvar su memoria después de los 65, según científicos
Un nuevo estudio internacional revela que incluso pocos minutos al día de actividad física moderada o intensa pueden marcar una gran diferencia en la salud cognitiva de los adultos mayores.
Aquellas personas mayores que se mantienen activas a través de la práctica de actividad física de intensidad moderada a intensa, o vigorosa, tienen un mejor rendimiento cognitivo que los adultos sedentarios, según una investigación de la Universidad del Sur de Australia, en colaboración con el Instituto de Investigación AdventHealth (Estados Unidos).
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El estudio, publicado en Age and Ageing, destaca que el ejercicio se asocia con una velocidad de procesamiento, la rapidez con la que piensa el cerebro; una memoria de trabajo, la capacidad de almacenar información; y una función ejecutiva, lo bien que planifica, se concentra y realiza varias tareas a la vez, significativamente mejores.
También demuestra la asociación inversa, es decir, que las personas que realizan menos actividad física de intensidad moderada a vigorosa cuentan con un peor rendimiento cognitivo. “Es importante destacar que lo opuesto también fue cierto: los niveles más bajos de esta actividad física de mayor intensidad se relacionaron con un peor desempeño en estas pruebas”, ha apuntado la investigadora de la Universidad del Sur de Australia, Maddison Mellow.
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Cabe destacar que este tipo de ejercicio es aquel que se realiza con una mayor intensidad, lo que implica que aumenten la frecuencia cardíaca y la respiración, como puede suceder con actividades como la natación, el baile o los paseos rápidos.
Pequeños cambios, grandes impactos
Curiosamente, los mayores beneficios cognitivos se observaron entre las personas que pasaron de no realizar ninguna actividad física moderada a vigorosa a hacer incluso solo cinco minutos, lo que ilustra claramente el poder del ejercicio para el cerebro humano. A este respecto, la investigadora Mellow ha enfatizado cómo los pequeños cambios en las actividades diarias pueden tener grandes impactos en la salud cerebral.
Para llegar a estos resultados, el equipo de investigación evaluó los datos de 585 adultos mayores, con edades comprendidas entre los 65 y los 80 años, procedentes del estudio 'Investigación de las ganancias en neurocognición en un ensayo de intervención con ejercicio' (IGNITE, por sus siglas en inglés).
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Así, el estudio examinó las asociaciones entre sueño, sedentarismo y ejercicio a lo largo de las 24 horas del día y su repercusión en el rendimiento cognitivo.
Los hallazgos fueron consistentes en diferentes contextos genéticos y demográficos. Sin embargo, no se extendieron a la memoria episódica ni a la función visoespacial, que es la capacidad de reconocer lugares y orientarse por espacios.