El sancocho fue el rey en las Fiestas del plátano en Sabaneta
En Sabaneta se realizó el tradicional festival de sancochos, que se viene haciendo desde el año 2001.
Periodista, apasionado por el cine, la televisión y el fútbol. Egresado de la U. de A, y envigadeño de nacimiento y residencia.
A las cuatro de la mañana, Betty Taborda ya estaba pelando el revuelto y adobando el pollo y la carne para poder montar el fogón a las ocho de la mañana y tener el sancocho listo para el mediodía.
El de Betty fue uno de los 46 puestos que participaron en el Festival de Sancochos que se hizo este domingo en el marco de las Fiestas del Plátano en Sabaneta, en el Sur del Aburrá.
“Es muy tradicional y el secreto está en el gusto y el amor con el que lo preparamos” reconoce Betty, al frente de la caseta de Crisálida, una asociación de mujeres emprendedoras.
Allí el sancocho, con dos carnes, costaba 20.000 pesos, precio que casi que estándar en todos los puestos, aunque en algunos sitios se conseguía a 18.000 pesos.
La historia
Alexandra Correa, directora de la Casa de la Cultura de Sabaneta, La Barquereña, cuenta que el festival nació en 2001 como parte de las Fiestas del Plátano y que desde entonces es uno de los atractivos de los festejes populares.
El encuentro gastronómico y popular, que se extendió hasta las cuatro de la tarde, se hizo al aire libre a lo largo de dos de las calles principales de Sabaneta y en un parqueaderao público.
Justo en este espacio interior, en la caseta de Juanes Montoya habían cuatro ollas gigantes que hervían al calor de la leña. El sancocho de allí era trifásico (res, cerdo y pollo) y el cálculo era que daba para 200 platos bien generosos.
Desde el puesto de Jara, por su parte, cuentan que invirtieron tres millones de pesos en revuelto y carne.
“Compramos dos colas res y dos de cerdo, así como un espinazo completo, además de entrepecho y pollo. La apuesta de ellos era repartir 300 sancochos.
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En esta ocasión no hubo ni ganadores y perdedores, porque no se evaluó el mejor sancocho, sino la caseta mejor decorada.
Es el plato nacional
Aunque se considera que la procedencia del sancocho es europeo, a partir de una preparación conocida como la Olla podrida (nombre dado por el olor que desprendía) en la que en un recipiente se echaban los alimentos que estaban disponibles, cuando los españoles llegaron a América descubrieron que acá ya se tomaban caldos como el ajiaco.
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“El sancocho es la mezcla perfecta de las cocciones indígenas, españolas (que introdujeron las carnes y los aliños), más la tradición africana representada en el plátano”, dice Enrique “Toto” Sánchez Ramos, docente de cátedra de la Universidad de La Sabana y de la Escuela Taller de Bogotá.
“Es el plato nacional por excelencia, con la diferencia que es diferente en cada región, porque los ingredientes cambian, por ejemplo, la cocina antioqueña está muy ligada al cerdo y a la papa, mientras que el pescado aparece en los pueblos ribereños”, señala Sánchez Ramos.