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Tratamiento Ponseti: la técnica que corrige el pie equinovaro en recién nacidos en Colombia

Si bien es cierto que en el país tres bebés al día nacen con pie equinovaro, también es cierto que el método Ponseti, con más del 95 % de éxito, corrige esta malformación sin necesidad de cirugía.

hace 23 minutos

Cada día, tres bebés en Colombia nacen con una condición que, sin atención temprana, deja huellas de por vida: el pie equinovaro congénito. Se trata de una malformación en la que el pie apunta hacia abajo y hacia adentro debido al acortamiento de los tendones, lo que dificulta que los niños puedan caminar de manera normal. Aunque puede detectarse durante el embarazo, en ecografías realizadas entre las semanas 18 y 24 de gestación, la realidad muestra que muchas familias llegan tarde a la consulta.

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Ahora bien, el pie equinovaro no es una condición rara. Según la Mayo Clinic, afecta a 1 de cada 1.000 recién nacidos vivos en el mundo, y la mitad de los casos compromete ambos pies. Si no se trata, los niños terminan caminando sobre el costado o incluso sobre la parte superior del pie, con dolor, callosidades, dificultades para calzarse y limitaciones para correr o realizar actividades físicas. Más allá del impacto funcional, esta afección también repercute en la autoestima durante la adolescencia y en la calidad de vida a lo largo de la adultez.

La buena noticia es que existe un tratamiento efectivo, no invasivo y avalado a nivel internacional: el método Ponseti. Desarrollado a mediados del siglo XX por el ortopedista español Ignacio Ponseti en la Universidad de Iowa, este procedimiento revolucionó la ortopedia pediátrica al demostrar que era posible corregir la deformidad sin recurrir a cirugías extensas. El proceso combina manipulaciones semanales suaves del pie con yesos progresivos, una pequeña intervención ambulatoria en el tendón de Aquiles y el uso de férulas nocturnas hasta los cinco años de edad. Con una tasa de éxito superior al 95 %, el procedimiento se ha consolidado como el estándar mundial en el tratamiento del pie equinovaro.

En el territorio nacional, el programa Ponseti Colombia opera desde 2018 y ha consolidado una red de 22 clínicas especializadas a lo largo del país. Una de ellas funciona en la Clínica Foscal, en Bucaramanga, donde en un año más de 80 niños han recuperado la funcionalidad de sus pies. Allí, el ortopedista pediátrico Luis José Céspedes lidera un equipo que además de aplicar la técnica, acompaña a las familias en el cumplimiento del tratamiento y en la superación de las barreras económicas y geográficas, pues el 80 % de sus pacientes provienen del régimen subsidiado o contributivo, y una cuarta parte llegan desde zonas rurales de Santander, Sur de Bolívar, Arauca y el Magdalena Medio.

Pero ese acompañamiento trasciende el campo clínico. Incluye educar a los padres sobre la importancia del uso prolongado de férulas, gestionar albergues para quienes viajan desde municipios apartados y garantizar dispositivos gratuitos gracias al respaldo de la Sociedad Colombiana de Ortopedia Infantil, Rotary International y la Universidad de Iowa.

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Para entender mejor este panorama y conocer los avances y retos en la aplicación del método Ponseti en Colombia, en EL COLOMBIANO conversamos con Céspedes sobre el tema.

¿Por qué, si el pie equinovaro puede detectarse en ecografías, todavía hay diagnósticos tardíos en Colombia?

“Por las dificultades culturales y las creencias, además de la falta de acceso a servicios especializados de salud. Las malas vías de transporte y la poca información sobre la disponibilidad de un tratamiento adecuado hacen que muchos niños lleguen tarde a consulta”.

¿Qué diferencia al método Ponseti de las cirugías tradicionales y qué resultados concretos han visto en la Foscal?

“El método Ponseti corrige sin necesidad de cirugías extensas ni grandes cicatrices. La función del pie es mucho mejor y los niños pueden realizar actividades deportivas sin limitaciones. A largo plazo, las cirugías tradicionales producen artritis y dolor en los pies. En la Foscal tenemos una tasa de éxito superior al 95 %”.

¿Qué dificultades enfrentan las familias para completar el tratamiento, especialmente con el uso prolongado de férulas?

“Las familias necesitan acompañamiento permanente, controles y educación para entender la importancia de la férula y así evitar recidivas, es decir, que la deformidad regrese. Además, deben estar vinculadas a una clínica Ponseti que tenga el respaldo de la Sociedad Colombiana de Ortopedia Infantil, el Club Rotary International y Ponseti International de la Universidad de Iowa. Gracias a ese apoyo contamos con un banco de férulas que se entregan sin costo a pacientes de bajos recursos y garantizan un tratamiento completo. La clínica Foscal de Bucaramanga es un centro de referencia en este proceso”.

¿De qué manera apoyan a las familias de bajos recursos o de zonas rurales que llegan a la clínica con este diagnóstico?

“A quienes tienen difícil acceso a nuestra institución les buscamos opciones de albergue en Bucaramanga durante el tratamiento, con el apoyo de la empresa privada. Así logramos que no abandonen el proceso por motivos económicos o de transporte”.

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¿Qué hace falta para que el modelo Ponseti llegue a más hospitales y garantice acceso a todos los recién nacidos en Colombia?

“El programa Ponseti es nacional desde 2018. Hoy tenemos 22 clínicas distribuidas en todo el país y contamos con un programa de educación permanente. Además, 10 de los integrantes de Ponseti Colombia recibimos capacitación a través de Ponseti International como entrenadores y ya hemos formado ortopedistas infantiles colombianos y de otros países latinoamericanos para la aplicación correcta del método. Lo que necesitamos es seguir expandiendo la red y capacitando especialistas para que ningún niño quede sin tratamiento”.